Las Foces de Lumbier y de Arbayún, los cañones más espectaculares de Navarra
Como ya os contaba en la entrada dedicada al Nacedero del Urederra, Navarra es una de las Comunidades Autónomas más variadas en cuanto a que ofrece paisajes muy diferentes. Hoy quiero hablaros de las Foces de Lumbier y Arbayún, los cañones más espectaculares de Navarra.
La más conocida es la Foz de Lumbier, aunque la Foz de Arbayún es increíble también. Se encuentran muy próximas la una de la otra, podéis visitarlas el mismo día. Están en la parte oriental de Navarra, a algo más de media hora de Pamplona.
Las foces son cortes muy profundos producidos por el paso de un río. Para ello necesitaron caudal de agua, roca y mucho tiempo. Los cañones son muy verticales y profundos y parece imposible que sólo la fuerza de un río sea capaz de producir estos barrancos tremendos.
Las foces son muy estrechas y de paredes abruptas y muy poco accesibles. Por su forma constituyen corredores por donde pasa el viento en fuertes corrientes de aire. Todas estas características, sumadas al río en el fondo del cañón generan un ecosistema único, que hace que los animales y plantas se tengan que adaptar a condiciones bastante extremas.
Resulta curioso que en Navarra utilicen el término foces para llamar a estos cañones. Foz viene de fauce, por lo que se refiere a la garganta o el cañón que provoca el río. Está bien que utilicen otro nombre, porque estos cañones son muy especiales.
Foz de Lumbier
La Foz de Lumbier es la primera que encontráis al salir de la carretera. Se trata del cañón que forma el río Irati en su transcurso por el pueblo de Lumbier. Forma parte de la llamada Sierra de Leyre, tiene más de 1 kilómetro de longitud y las paredes de la Foz pueden llegar a los 400 metros de altura.
Cuesta dos euros dejar el coche en el parking. El paseo por la Foz de Lumbier dura alrededor de 1 hora, pero si os tomáis vuestro tiempo seguro que el paseo se alarga. Es impresionante el tamaño del cañón, no parece que este lugar pueda estar en España.
Además el río Irati es de aguas transparentes y turquesas. No dudéis en daros un baño en el río, no os arrepentiréis. Un consejo es hacerlo en el comienzo del cañón, donde no hay mucha corriente en el río y podréis estar más tranquilos. El agua está muy fría pero os hará resucitar.
El sendero en muchas ocasiones está excavado en la roca y no veréis nada, así que llevaros una linterna. En cualquier caso está todo muy bien señalizado y es imposible perderse. Termina en el puente del Diablo.
Se trata de un puente destruido que unía las dos partes de la Foz de Lumbier al final del cañón. Tendréis que recorrer un pequeño caminito para llegar al Puente, pero merece la pena llegar.
Foz de Arbayún
La Foz de Arbayún es incluso más grande que la de Lumbier. La formó el río Salazar, un afluente del Irati. El problema es que sólo consta de un mirador para verla y no hay un sendero que transcurra por la Foz. Aun así merece la pena visitarla, especialmente si sois amantes de la ornitología, sobre todo para ver aves rapaces. Allí es relativamente fácil ver buitres leonados, águilas reales e incluso quebrantahuesos.
Para bañarse en el río Salazar es necesario dejar el coche en Usún, cerca del pueblo de Domeño. Y de ahí tenéis un paseo de unas dos horas hasta el río. Yo me conformé con bañarme únicamente en el río Irati, y me quedé con ganas de haberme bañado también en el río Salazar, porque mucha gente me lo recomendaba.
Lo que es seguro es que hay que visitar las dos Foces, porque no hay unos cañones de tales dimensiones en España. Y si podéis, de verdad, daros un baño dentro de una de las foces. La Foz de Lumbier y de Arbayún, los cañones más espectaculares de Navarra.
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