Más de 8 millones de españoles son alérgicos al polen. Casi un 20 % de la población que en primavera se encuentra en su momento álgido de estornudos, lagrimeos y picores varios, aunque también se padece alergia en verano.
Con este panorama, la necesidad de darse un respiro es literal, y nada como escaparse a otro lugar, aunque sea dos o tres días, donde descansar un poco de los síntomas.
Pero, ¿existe ese destino mágico? Claro que sí, y no es uno, son muchos. Solo hace falta que cumplan con un requisito: estar en la costa.
Vamos a la playa, oh oh oh oh
Como cantaba el grupo italiano Righeira en los 80, la solución está en ir a la playa. La razón es muy simple, el aire que respiramos cerca del mar es más puro y no contiene tantos alérgenos. Además, la humedad del ambiente hace que se quede menos polen en suspensión.
Eso sí, hay que intentar estar el mayor tiempo posible cerca del mar, y mejor visitar una localidad pequeña. De esta forma evitarás la contaminación de las grandes urbes, que contribuye a empeorar el problema.
Busca un pueblo con mar
No necesitas irte lejos para disfrutar de una tregua moquera, basta con que te desplaces hasta el pueblo con mar que tengas más cercano. La campaña de Roquetas de Mar, promocionándose como remedio ideal para los alérgicos al polen del olivo de las provincias limítrofes, Jaén y Córdoba, es un buen ejemplo.
Aunque si quieres hilar todavía más fino, en la web de la Red Española de Aerobiología (REA) puedes consultar en qué provincias tienen los niveles más bajos de cada tipo de polen.
La información también está disponible en el mapa de eltiempo.es, que esta semana indica los siguientes destinos perfectos en la península: A Coruña, Lugo, Asturias, Cantabria, Vizcaya, Castellón, Valencia, Alicante y Cádiz.
No obstante, estar junto al mar siempre es beneficioso, y aunque elijamos otro municipio costero, seguro que notamos un cambio a mejor. Y ahora, para ponérnoslo todavía más fácil, con todas las opciones low cost en trenes de alta velocidad, y los abonos de bus gratuitos, viajar a la playa sale bastante más económico.
Aun así, no te olvides de incluir en la maleta tu caja de antihistamínicos y algún paquete de pañuelos. Lo más probable es que no tengas que usarlos, pero más vale prevenir. Y la alegría que da llevarlos, y olvidarte de ellos todo el fin de semana, es indescriptible.
Portada | Celina Albertz - Unsplash