El neceser y botiquín de la mujer viajera

El neceser y botiquín de la mujer viajera
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Si bien no suelo ser partidaria de las distinciones entre sexos, salta a la vista que el neceser/botiquín de una mujer, por razones obvias, ha de contener algunos artículos diferentes a la bolsa de aseo de un hombre.

Tras algunos kilómetros recorridos, me siento orgullosa de decir que, del neceser que cargaba en mis primeros viajes al que ahora llevo, he conseguido eliminar casi todos los elementos sobrantes hasta reducirlos al mínimo indispensable. Y nunca he notado la carencia de nada.

Bajo mi experiencia, además, cuanto más largo sea el viaje que vayamos a emprender, más pequeño ha de ser el equipaje que llevemos. En vistas a una romántica escapada de fin de semana con nuestra pareja a Venecia, tal vez queramos llevar varios vestidos para las veladas nocturnas, unas planchas para arreglarnos el cabello, perfume… Todos ellos artículos que en un viaje de varios meses por el sudeste asiático, por ejemplo, no son necesarios.

Por eso, hoy me animo a compartir con vosotros el contenido de mi neceser/botiquín, con el fin de dar una referencia a todas aquellas mujeres que estén preparando un viaje más o menos largo, y teman dejar algo importante en casa.

Siguiendo esta lista, vuestros cuidados mínimos de higiene y salud están garantizados.

Neceser

  • Cepillo y pasta de dientes.
  • Gel y champú. A día de hoy, yo cargo únicamente con un único bote de champú-suavizante 2 en 1, que uso para todo: cuerpo, cabello, e incluso para lavar la ropa interior en caso de urgencia. ¡No hace falta más!
  • Desodorante.
  • Cepillo para el pelo, gomas y horquillas.
  • Cortauñas, pinzas de depilar, miniespejo.
  • Cuchilla de depilar con recambios. ¡Ah… el desagradable y engorroso asunto de la depilación! Si sois de las afortunadas que ya se han hecho la depilación definitiva, las cuchillas no os hacen falta. Yo, como no tengo esa suerte, pero tampoco soy mujer de demasiado vello, de momento me apaño con la cuchilla (y mucha espuma, claro) para las piernas y las axilas, y en lo que respecta a la zona del bikini, me aguanto como puedo y rezo por que al llegar a las zonas de playa haya servicios de depilación a la cera. En Tailandia es lo más común y se encuentran en todas partes, pero en lo que respecta a China... ¡no os recomiendo ni preguntarlo!
  • Lentillas, y líquido para las lentillas (en caso de usarlas). No es únicamente un asunto de coquetería: a la hora de hacer un trekking por la selva, con caídas, golpes y baños en el río, resulta mucho más sencillo olvidarse de las incómodas gafas.
  • Gafas graduadas (en caso de usarlas). No vaya a ser que se nos pierdan las lentillas. O para esas ocasiones en las que, por higiene, no es recomendable “meterse un dedo en el ojo”, incluso disponiendo de jabón antibacteriano.
  • Gafas de sol. No entrarían en este apartado estrictamente, pero dada su importancia resulta conveniente recordarlas.
  • Crema hidratante para la cara, y protector solar para labios y cuerpo.
  • Compresas y tampones. Mientras las primeras son fáciles de encontrar en casi todas partes, si vuestra intención es viajar a zonas rurales de países como India o China y acostumbráis a usar tampones, os recomiendo encarecidamente ir bien provistas de ellos. Si vuestro viaje es largo, aprovechad el paso por las grandes ciudades para abasteceros de nuevo, y preferid siempre marcas como OB sin aplicador, que ocupan menos y son más discretos.
  • Papel higiénico. No digo que sea necesario salir con cinco rollos de casa, pero sí asegurarse de tener uno siempre en la mochila, por lo que pueda pasar. De todas formas, en casi ningún lugar tendréis problemas para comprar papel o toallitas higiénicas en cualquier comercio.

Extras: Quizá echéis en falta “básicos” como tapones para los oídos o el repelente para insectos. Es que, en mi caso, los primeros son absolutamente prescindibles porque no soy una persona que tenga problemas para dormir en ambientes ruidosos; y en cuanto al repelente para insectos… a fuerza de recibir cientos de picaduras, hace tiempo que dejé de usarlo. Pero admito ser un bicho raro, así que mejor llevadlo.

Botiquín

Este apartado es el que más ha visto menguar su tamaño viaje tras viaje. Reconozco que comencé llevando de todo: crema antiinflamatoria, antihistamínico, pastillas potabilizadoras para el agua… dando como resultado un botiquín que haría temblar a la caseta de primeros auxilios de Mitch Bucanan. Ahora, mis escasas “medicinas” entran en un bolsillo del neceser, y pueden resumirse de la siguiente manera:

  • Paracetamol e Ibuprofeno. El primero para la fiebre y los dolores moderados; el segundo, para la regla y como antiinflamatorio para dolores musculares.
  • Termómetro. Para tenerlo todo bajo control.
  • Malarone. ... por si las cosas escapan a mi control. Dado que no sigo ningún tratamiento de prevención contra la Malaria, siempre llevo una caja de Malarone (y siempre la misma; afortunadamente nunca he tenido que abrirla) para usarlo como tratamiento de choque en caso de notar los primeros síntomas (fiebre alta, sudores…), hasta que pueda verme un médico.

Importante: Si usáis algún tipo de anticonceptivo, debéis tener en cuenta que en muchos países tal vez os resulte difícil encontrar vuestra marca de siempre. Éste es el caso, por ejemplo, del anillo Nuvaring, cuyas especiales características hacen que no podamos sustituirlo por la píldora inmediatamente, en caso de no encontrar el anillo allí donde vayamos.

Y dado que para un viaje de varios meses no podemos llevar diez anillos encima porque los estaríamos exponiendo a condiciones de calor y humedad nada aconsejables para su buena conservación, yo os recomiendo cambiar a la píldora y anotar bien la proporción de sus componentes. Así, en caso de necesitarla, por ejemplo en Bangkok, y no encontrar la misma marca, podréis acudir a un hospital y que un médico os aconseje cuál es la más parecida o recomendable para vosotras.

Extras: Una vez más, habréis echado un falta un montón de “básicos”: crema antiinflamatoria, vendajes, tiritas, antidiarréico, antibiótico de amplio espectro… Y es que, una vez más, yo ya no llevo nada de eso. La experiencia me ha enseñado que casi cualquier cosa que pueda necesitar, se encuentra fácilmente en todas partes. Y, por fortuna, de momento no he tenido que buscarlo.

Es que, a veces, compramos y compramos cientos de “por si acasos”, cuando resultaría mucho más saludable para nuestra espalda (y bolsillo) no llevar nada y sólo comprar en caso de verdadera necesidad. Una necesidad que, si tenemos suerte, tal vez nunca llegue.

De todas formas, si es vuestro primer viaje a algún país exótixo, o tenéis tendencia a enfermar del estómago, no está de más que metáis una cajita de Tiorfan (¡no Fortasec!) por si os toca la casi inevitable diarrea del viajero.

Con esta sencilla lista, el neceser de una mujer viajera puede considerarse más que completo. Aunque así enumerado parezca mucho, os aseguro que todo junto no ocupa más de una décima parte de mi mochila, y mi mochila tiene una capacidad de 50 litros.

Foto | Graham
En Diario del Viajero | Consejos para armar el botiquín de viaje, Viajar con niños IV: el botiquín

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