Disfrutar la gastronomía es uno de los mayores incentivos de cualquier viaje, de hecho a veces son el motor del mismo cuando nos dejamos llevar por el paladar de mesa en mesa para descubrir nuevos sabores. Degustar los platos típicos, probar cosas nuevas o dejarnos sorprender con la más alta cocina son unas opciones a tener en cuenta en nuestras rutas. Pero el sabor no es lo único que cuenta cuando elegimos restaurante…
Y es que hay muchos establecimientos que no sólo ofrecen ricos platos como reclamo para los comensales, sino que amplían su oferta a experiencias que van más allá del sentido del gusto. Un enclave diferente, nuestros platos favoritos, o una experiencia sensorial pueden ser algunas de las propuestas. He aquí algunos restaurantes raros a lo largo y ancho del planeta.
Restaurante en silencio
En el ruidoso barrio de Brooklyn de Nueva York, el restaurante Eat ofrece una noche a la semana la posibilidad de cenar en un ambiente tranquilo hasta el extremo: una cena en total silencio. Se trata de un menú vegetariano de unos 40 dólares compuesto de cuatro platos.
Pretenden que el silencio ayude a los comensales a concentrarse en el sabor de la comida, como parte de una experiencia sensorial relajante mayor, casi zen. Por descontado, es obligatorio apagar los teléfonos móviles. No hay conversación tampoco, el único sonido es el ir y venir de platos, la cocina de fondo y los cubiertos contra el plato. ¿Aburrido? No tiene por qué.
El postre es protagonista único
Para muchos lo mejor de un almuerzo es llegar a los postres. La recompensa del día es deshacer entre nuestras papilas gustativas un pedacito de brownie o un helado de frambuesa. O algo más elaborado pero igualmente rico. Pues para los fans de los postres está Espai Sucre, en Barcelona, el único restaurante del mundo donde todos los platos son postres. Adiós al menú de macarrones y filete que preceden al flan.
No obstante, en Espai Sucre encontramos tanto postres dulces como salados, pero todo de lo más goloso posible. El restaurante tiene su propia escuela de postres. No apto para personas en dieta.
Restaurante suspendido en el aire
En Bélgica podremos disfrutar de una cena de altura gracias a Dinner in the Sky. Esta empresa nos ofrece sentarnos en una mesa para 22 en una plataforma suspendida por una grúa a 50 metros de altura.
Allí, un cocinero y un camarero nos atenderán en una velada que contará con unas vistas siempre envidiables, aunque el emplazamiento puede variar desde un campo de golf a un emplazamiento histórico o un campo de golf. ¿Os gusta la idea? Pues decidle a vuestra veintena de amigos que preparen la hucha porque la broma sale por más de 8.000 euros.
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