Si primero vinieron las protestas del sector del taxi por aplicaciones como Uber -que no BlaBlaCar- ahora son los empresarios hoteleros los que ponen sus miras sobre las aplicaciones similares de sobre alojamientos. Aplicaciones como AirBnB ofrecen a sus usuarios la posibilidad de alquilar a terceros sus viviendas o habitaciones.
Son lo que se conoce como redes sociales de turismo colaborativo. Y claro, esto está causando recelos entre el sector turístico. Llegan un poco tarde, eso sí, porque nosotros hablamos de AirBnB allá por 2009.
Tal es la molestia que la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (Cehat) ha emitido un 'Manifiesto de la hotelería y el sector de alojamiento reglado, contra la economía sumergida y la actividad turística ilegal'. Su presidente, Juan Molas, ha declarado: "El alquiler de vivienda privada siempre ha existido, pero el desarrollo de Internet está permitiendo que miles de propiedades se ofrezcan a los consumidores sin los controles pertinentes", según recoge Europa Press, y además ha señalado que "no es razonable que conviva un mercado fuertemente regulado con otro absolutamente liberalizado". Desde la Cehat exponen que este tipo de alojamientos no pasan los controles necesarios en cuanto a seguridad, higiene, ruidos, accesibilidad, residuos, aguas, etc.
Por su parte, la Generalitat de Cataluña ha dado el primer paso, y tras abrir expediente a Uber, ahora ha multado a AirBnB con 30.000 euros por comercializar apartamentos turísticos supuestamente ilegales en dicha comunidad autónoma. Se pretende evitar la competencia desleal y la economía sumergida, pues dicen que no ofrecen garantías de que paguen impuestos o tasas turísticas.
La respuesta de AirBnB, recogida por El Confidencial, no se ha hecho esperar: "Barcelona debería mantenerse a la vanguardia de la innovación, pero no es así. Nos decepciona ver una resolución que afecta a una serie de compañías y que además frena el avance de esta ciudad. Airbnb ya ha impulsado 4.000 nuevos puestos de trabajo y generado 128 millones de euros durante su actividad económica en Barcelona en un solo año. A su vez, promueve el turismo sostenible a lo largo de Cataluña y es un recurso crucial para los residentes de Barcelona que comparten su casa y utilizan el dinero obtenido para pagar las facturas".
Además, la Generalitat se plantea bloquearle la IP a AirBnB.
Se abre así un debate en el los conceptos de "economía colaborativa" o "turismo colaborativo" se ponen en entredicho e intentarán ser regulados, aludiendo que forman parte de la "economía sumergida", y que intuyo durará bastante en los tribunales. ¿Tú qué opinas?
En Xataka | BlaBlaCar en el laberinto legal: por qué Fomento va tras Uber y permite el compartir coche
En Diario del Viajero | Una aplicación de restaurantes comprometidos con el medio ambiente en Asturias