¿Dónde está el Brasil bello y glamuroso que nos habían vendido?
Brasil es, a poco que contemples Instagram, uno de los países más bellos, glamurosos y fulgurantes del planeta.
Sin embargo, si bajas a sus calles y te relacionas con Brasil de tú a tú, entonces descubres que Brasil es uno de los países más discordantes en lo tocante a su imagen y su vida diaria.
País cosmético
En los reportajes fotográficos, nos muestran Brasil como el país de los hombres más apuestos y musculosos y las mujeres más bellas y lustrosas. Todo ello mezclado con música seductora y libidinosa.
Sin embargo, a excepción de algunas partes de Río de Janeiro, el resto no se adecúa a este estereotipo.
Ni siquiera Brasil es un país con una imagen: aquí viven alrededor de 200 millones de personas repartidas en un crisol de razas, culturas y etnias que se extiende por cinco regiones y 26 estados. Y, de hecho, la mujer típica brasileña es baja, ligeramente gruesa, de complexión oscura y pelo rizado o encrespado.
De hecho, cuanto más liso tiene el pelo una mujer brasileña, más alta es la clase social percibida, por eso los alisadores de pelo en Brasil son tremendamente populares. Y también esto propicia que este país sea uno de los principales de todo el mundo a la hora de someterse a operaciones de cirugía plástica de todo tipo.
A pesar de que las gentes de Brasil puedan ser cálidas y hospitalarias, viven a través de un gobierno profundamente corrupto, una infraestructura sobrecargada, un sistema educativo insuficientemente financiado y una gran diferencia entre ricos y pobres.
A este último respecto, el gobierno didive a la población en cinco segmentos de clase basándose exclusivamente en el ingreso mensual bruto del hogar: clase A (Ricos), B (Moderadamente Ricos), C (Media), D (Clase Media Baja) y E (pobres y analfabetos). Los que nacen con clase C, D o E raramente cambian de clase nunca en toda su vida.
Como explica Martin Lindstrom en su libro Small Data:
En algunas partes de Brasil, los residentes se enfrentan a los medios impresos por primera vez; en otros, los residentes se acaban de comprar su primera televisión; en ciudades como Río y Sao Paulo, las generaciones más jóvenes son tan sofisticadas y a la última moda como sus contemporáneos en cualquier otra parte del mundo.
Brasil queda muy bien en Instagram. Pero a menudo olvidamos todo lo demás, sobre todo cuando nos deslizamos por él de resort en resort tomando Piña Colada.
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