Hoy os voy a mostrar uno de esos lugares de China donde alejarnos del caos y los ruidos de las grandes ciudades para sumergirnos por unos días en un ambiente rural en plena naturaleza: el Condado de Wuyuan, en la provincia de Jiangxi.
Wuyuan es sin duda uno de los lugares más encantadores que yo haya conocido en China, uno de esos que enamoran a primera vista, por el simple motivo su sencillez: verdes y amarillentos prados, algunos árboles, pequeños pueblos de casitas blancas, arroyos, puentes... Ni rastro de modernización, ni rastro de ruido, nada de aglomeraciones. Un remanso de paz, en definitiva, de esos que a veces nos parece tan difícil encontrar en este país.
Sus preciosos pueblitos blancos realmente parece que hubiesen quedado anclados en el tiempo. O mejor aún, salidos de un cuento. Algunos de los más conocidos son Da Likeng, Xiao Likeng, Xiaoqi y Qinghua; este último, sin ser especialmente bonito (que a grandes rasgos no lo es), una buena base para desplazarse a los anteriores.
Para movernos entre ellos podemos optar por la moto (alquilada o pagando el viaje a un particular) y los (escasos) autobuses locales que los comunican. Y para dormir, nada mejor que hacer uso de la improvisación: no nos faltarán ofertas de guethouses o casas donde pasar la noche.
Como única pega a tan idílico lugar, anotar que para entrar a cada uno de los pueblos hay que pagar una tarifa de 60 o 70 yuanes, la mitad si se dispone de carné de estudiante. Aunque yo no pude comprobarlo, se supone es posible salvar la vigilancia si se cuenta con el guía o amigo apropiado.
Llegar a Wuyuan es sencillo, ya que la capital dispone de múltiples conexiones con ciudades como Shenzhen, Guangzhou, Shaoxing, y Shanghai. El tiempo aproximado de viaje en autobús a esta última es de siete horas.
Foto | Carmen En Diario del Viajero | China: las terrazas de Longji o la Columna del Dragón En Diario del Viajero | El Puente del Viento y la Lluvia de Chengyang