Hablar de Ubud es hacerlo de un pequeño pueblo, antaño reconocido como centro cultural de la isla de Bali, que en los últimos tiempos y debido a las oleadas de turistas que cada año lo visitan, ha perdido parte de su original encanto.
No obstante, y aunque enfocado al turista, Ubud sigue mereciendo una visita por tratarse de un pueblo muy hermoso, de magnífica arquitectura, donde cada casa tiene su propio templo y cada esquina es una obra de arte.
Aquel que llega hasta Ubud suele hacerlo buscando asistir a algún espectáculo de danza típica balinesa, comprar algo de artesanía en su enorme mercado o simplemente, encontrar algo de tranquilidad alejado del ambiente de Kuta, el centro turístico de la isla por excelencia, a tan sólo dos horas de Ubud.
Los amantes de la naturaleza encontrarán un atractivo más en el Santuario de los Monos, una zona de bosque situada junto al pueblo, al inicio de su larga y casi única calle principal. El bosque, salvaje y al mismo tiempo bien cuidado, es el hogar de más de 300 especímenes de monos macaos de cola larga, los cuales corretean libremente por su territorio, mostrando su poderío frente al turista que intenta sacar la mejor fotografía. Dentro del recinto, además, se encuentran varios templos hinduistas, religión mayoritaria entre la población de la isla de Bali.
En definitiva, el pueblo de Ubud supone una desconexión perfecta del ambiente de las playas y una manera estupenda de conocer un poquito más la cultura de un lugar tan especial como es la isla de Bali. Por otra parte, la oferta hostelera es tan variada que seguro encontraréis algo que se adapte a vuestros gustos y presupuesto. Y quién sabe: tal vez al final os quedéis más tiempo del que habíais pensado...
Imagen | Carmen En Diario del Viajero | El interior de Bali: un viaje desde Nusa Dua hasta Batur, Bali: única y fiel a sí misma