Narita es mundialmente conocido por albergar el Aeropuerto Internacional de Tokyo. La gente suele obviarlo en sus viajes a Japón, pero yo viví allí muy buenos momentos. Recomiendo, sobre todo, la visita al Templo Narita-san Shinshō-ji.
Se trata de un complejo sagrado construido en el siglo X y que es el corazón de la localidad de Narita por su ubicación y gran tamaño.
Llegar hasta allí es bastante sencillo. Nada más salir de la estación de trenes tuerces a mano izquierda y bajas por una avenida preciosa. Al final de esa cuesta están las escaleras y la enorme puerta de madera que conduce al templo.
Nada más subir las escaleras os toparéis con una enorme explanada con un gran edificio budista. Merece la pena fijarse en los pequeños detalles del recinto como las fuentes, los grabados, las estatuas, las pequeñas tortugas.
Dentro del templo hay repartidas varias pagodas, entre ellas la que veis en la imagen que es conocida como la Gran Pagoda de la Paz. También hay un par de museos, uno de ellos de caligrafía.
Pero el templo es un lugar magnífico para desconectar del mundanal ruido. Es una gozada dar un paseo por sus preciosos jardines, sobre todo en primavera.
Perderse en el Templo Narita-san Shinshō-ji es casi una obligación, ya que el parque tiene alrededor de 165.000 metros cuadrados repletos de fauna y flora autóctona.
Además, nosotros tuvimos la gran suerte de que nuestra visita coincidiera con un apasionante festival de taikos o tambores japoneses, un espectáculo vibrante y muy animado.
Por si aquello fuera poco, también era la época del florecimiento de los cerezos, así que el recinto del templo estaba plagado de gente haciendo pícnic y disfrutando del aire libre.
Os recomiendo encarecidamente una visita al Templo Narita-san Shinshō-ji en Japón, y si podéis hacerlo a mediados de abril coincidiendo con el matsuri de taikos, mucho mejor.
Imagen | Pau En Diario del viajero | Cómo viajar desde el aeropuerto de Narita a Tokyo, Time lapse de la Tokyo Sky Tree