Siempre he definido Indonesia como un país de muchos países, un archipiélago en el que cada isla conforma un mundo totalmente distinto. Culturas distintas, idiomas distintos, paisajes distintos, grupos étnicos distintos... En definitiva, para conocer Indonesia haría falta conocer cada una de sus más de 17.000 islas.
Sulawesi es probablemente una de las grandes islas de Indonesia que más particularidades tiene. Comenzando por su estrambótica forma, capricho de la naturaleza, en la isla se esconden misterios que todo buen viajero anhela descubrir. Y uno de los más interesantes es sin duda las particularidades culturales de los Toraja, un grupo étnico propio de la zona central de la isla que antiguamente se había llamado Célebes.
Los Toraja son un grupo que en la actualidad cuenta con más de 600.000 miembros de los cuales 450.000 viven en el área conocida como Tana Toraja, la tierra de los Toraja. Pero, ¿qué les hace tan interesantes y merecedores de una visita? Pues bien, como todos los grupos culturales, sus costumbres son únicas y especialmente lo son si hablamos de sus ritos funerarios.
La manera como los Toraja afrontan la muerte es tan interesante que por asistir a un funeral ya merece la pena venir hasta esta remota zona de Indonesia. Los funerales duran días e incluso semanas y se practican meses o incluso años después de que la persona haya fallecido. En su nombre y para honrarle, se sacrifican todo tipo de animales (búfalos, cerdos, gallinas...) y se reúnen Torajas de pueblos distintos a veces muy lejanos.
El colorido es la regla básica para un funeral Toraja en el que muy raramente se desprenden lágrimas. Sólo cuando el cadáver es depositado en alguna cueva cercana, las emociones de los familiares se parecen a las que en la cultura occidental podemos sentir.
La mejor manera de poder asistir a uno de estos rituales es quedarse durante algunos días en la localidad de Rantepao y hacer los suficientes contactos como para que cuando surja la oportunidad, ser invitado a vivir en primera persona un funeral Toraja. Lo único que os pedirán a cambio es una ofrenda para la familia del muerto que acostumbra a ser comida o tabaco.
Llegar a Rantepao es fácil: existen cómodos autobuses nocturnos que hacen el trayecto desde Makassar, la capital de Sulawesi. El trayecto dura entre unas 8 y 10 horas y cuesta unas 70.000 rupias indonesias (aproximadamente 4,5€) y por lo único que hay que preocuparse es por el altísimo volumen del aire acondicionado.
Llegar a Makassar también es fácil ya que su aeropuerto es un centro de comunicaciones muy importante en el país. Hasta él vuelan numerosas compañías tanto nacionales como internacionales e incluso compañías low cost. En definitiva, sólo hace falta proponérselo y aventurarse a conocer esta zona del mundo; no hay excusas para no hacerlo.
Con todo, una experiencia que a antropólogos, fotógrafos o cualquier viajero curioso le va a sorprender y de la que aprenderá muchísimas cosas. Simplemente otra razón más para viajar a Indonesia.
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