En el centro de la isla de Sri Lanka, Sigiriya es uno de los destinos más conocidos y fotogénicos del país por su Roca del León, de 200 metros de altura. Pero además de este enorme pedrusco con forma de diente, Sigiriya es una aldea muy tranquila en plena naturaleza, perfecta para relajarte unos días.
Estás tan cerca de la naturaleza que no te extrañe encontrar un grupo de macacos en los árboles de tu hotel, una iguana en tu ventana o que te recomienden no caminar por la carretera de noche, pues hay elefantes salvajes por la zona.
A finales del siglo V, el Rey Kashyapa construyó su palacio en la cima de la Roca, convirtiéndose Sigiriya en la nueva capital. El nuevo Rey necesitaba una ubicación más segura que Anuradhapura por haber asesinado a su padre y arrebatado el trono a Moggallana, su hermano y heredero legítimo. Tras la muerte del Rey el palacio fue abandonado y utilizado como monasterio budista. En la actualidad es Patrimonio de la UNESCO y uno de los lugares más visitados de Sri Lanka.
También se le conoce como Lion Rock, o Roca del León, por las garras de este animal, talladas en una terraza intermedia, al inicio de las escaleras hacia la cumbre. Además, en toda la subida podemos ver los famosos frescos de mujeres con el torso desnudo, pintados directamente sobre la piedra, de un estilo pictórico único. Se estima que inicialmente podría haber unos 500, en la actualidad, solo se conservan algunos.
Alrededor de la Roca del León, podemos pasear por los jardines del interior de la zona amurallada, delimitada por fosos de agua, e imaginarnos perfectamente cómo pudo ser la antigua Fortaleza de Sigiriya.
Si, como a mí, te gusta salirte de lo más turístico, te propongo que visites otra roca diferente: Pidurangala. Está detrás de la anterior y las vistas 360º son igual de espectaculares que desde la Roca del León, pero además, se puede ver ésta en mitad del paisaje y apenas hay gente.
Para llegar a Pidurangala, puedes acceder por la carretera hacia la Roca de Sigiriya, bordear todos los jardines y seguir caminando unos veinte minutos por un carril. Después de pagar la entrada, antes de empezar la subida, te enseñarán un pequeño templo con pinturas en piedra similares a las de la Roca de Sigiriya.
El precio de la entrada a la Roca de Sigiriya es 30$, unos 22 euros. El de Pidurangala, 300 rupias, aproximadamente 1,70 euros.
Si te quedas en Sigiriya más tiempo, también hay un lago y varios senderos para caminar, o puedes hacer una excursión de un día al Templo de la Cueva de Dambulla, o un safari al Parque Nacional de Minneriya para ver elefantes.
Fotos | Mar Serrano y Sachitha Obeysekara En Diario del Viajero | Qué ver en Sri Lanka. Vídeos inspiradores