En el corazón de Kathmandú, en Nepal, se encuentra la Kumari Ghar o casa de la diosa viviente Kumari. Parece mentira, pero en pleno siglo XXI todavía hay algunas personas que son consideradas dioses vivientes. Y eso es lo que le sucede a la niña nepalí que vive en esta casa.
Si quieres ver a la diosa Kumari, tienes que acercarte a la Kumari Ghar y tener la suerte de que la deidad quiera asomarse por la pequeña ventana que veis en la fotografía.
La diosa Kumari es sólo una niña que todavía no ha alcanzado la pubertad. De hecho, la Kumari pierde su posición divina de serlo cuando tiene el periodo por primera vez o sangra por culpa de alguna herida.
Nos nada fácil llegar a ser Kumari. Primero debes pertenecer a la casta Shakya, una saga de sacerdotes de la comunidad Newarí de Nepal. Luego, el proceso de selección es muy duro para una niña de su edad, ya que los sacerdotes las asustan con ritos y máscaras terroríficas. Aquella que consigue permanecer imperturbable ante las tretas de los sacerdotes, será considerada la reencarnación de la diosa Taleju.
Una vez superado el proceso, la niña deja de vivir con su familia y reside en la Kumari Ghar, donde es adorada como un ser superior tanto por hinduistas como por los budistas. En su estancia en la Kumari Ghar, la niña recibe las máximas atenciones y es educada por los más sabios sacerdotes de Nepal. Sólo sale para los grandes festivales y de vez en cuando asoma su cabecita por la ventana.
Una vez menstrúa o es herida, deja de ser diosa para convertirse en mortal y debe volver a la vida normal de cualquier niña. Luego muchas se casan y tienen hijos, aunque otras no superan el trauma de la elección y posterior derrocamiento.
Lo dicho, si viajáis a Nepal, podéis visitar la Kumari Ghar o la casa de la diosa viviente. Si la niña decide no mostrarse, al menos, podréis contemplar una edificio exquisito de la arquitectura newarí.
Imagen | chaostrophy En Diario del viajero | Nepal: La diosa Kumari y las fiestas de Indra Jarta, Nepal: Itinerario recomendado para visitar Kathmandú