Últimamente no damos más que malas noticias sobre el estado de conservación de determinados monumentos históricos. Si ayer era la Fontana de Trevi hoy son los templos de Angkor los que nos preocupan, pues ya han saltado las alarmas del peligro que corren si los turistas no tenemos algo más de cuidado al visitarlos.
Y es que, lo creamos o no, el magnífico conjunto arqueológico camboyano ha empezado a hacerse famoso hace relativamente poco tiempo. Aunque descubiertos “oficialmente” a finales del siglo XIX, no fue hasta el fin del régimen dictatorial de los Jemeres Rojos cuando los templos empezaron a ser vistos como un símbolo del país. De eso hace apenas tres décadas.
Al principio los visitantes podían contarse con los dedos de una mano, pero en los últimos años Camboya ha vivido un aumento del turismo sin precendentes. Sirva como referencia que en los primeros meses de este año Angkor recibió 640.000 visitantes, ¡un 45% más si lo comparamos con el mismo periodo del año anterior!
Y claro, eso tiene sus consecuencias. Quizá las medidas de control y seguridad no sean las más adecuadas, pero tampoco los turistas parecemos preocuparnos por cuidar las maravillas que vamos a ver. Lo mismo nos da subir a lo alto de un templo por el camino señalizado que hacerlo por rutas alternativas, llevándolo todo por delante a nuestro paso.
Sabemos que el escenario invita a ello, pero asumamos que no somos Lara Croft. Cuidemos el patrimonio camboyano (y el de cualquier país) si queremos seguir disfrutándolo muchos años más.
Foto | Dennis Jarvis Vía | Expreso En Diario del Viajero | Entradas y horarios para visitar los templos de Angkor, Ver la puesta de sol en Angkor desde Phnom Bakheng