Una buena forma de huir del bullicio y del consumismo desaforado de Hong Kong es visitar el sur de la isla. Un ejemplo es Aberdeen, célebre por sus restaurantes y casas flotantes.
Se trata de un barrio muy marinero, donde los modestos sampanes conviven con los lujosos yates del Aberdeen Marina Club. Eso sí, encontraréis pocos turistas occidentales, excepto en los restaurantes flotantes.
Aberdeen era conocido como el pequeño puerto fragante, una denominación que obtuvo por el comercio de maderas de sándalo perfumadas, que ha sido sustituido por el mercado mayorista de pescado.
Para ver los restaurantes y las casas flotantes no hay nada mejor que alquilar uno de los sampanes. No hará falta que busquéis demasiado, pues los barqueros acudirán a vosotros. Regatead el precio, ya que el trayecto os puede salir por 100 HKD (9 euros) y dura una media hora.
El más espectacular de los restaurantes es el que veis en la foto. El Jumbo Kingdom cuenta con una exposición de la historia pesquera de la zona y una amplia gama de comedores donde podréis disfrutar de una fantástica cena a base de marisco y pescado.
En cuanto a las casas flotantes, están habitadas por humildes familias hoklo, claramente reconocibles por sus sombreros cónicos. Aunque disfrutan de muchas comodidades del siglo XXI, la vida en estas casas flotantes no es demasiado sencilla, sobre todo porque el gobierno de Hong Kong quiere desalojarles de la zona.
Los restaurantes y casas flotantes de Aberdeen en Hong Kong son sólo un aspecto peculiar de un barrio pesquero y muy auténtico. Si queréis llevaros una imagen distinta de esta ciudad os recomiendo que paséis una tarde entre sus gentes
Foto | Pau En Diario del Viajero | El HSBC Main Building de Norman Foster en Hong Kong, Escapa del bullicio de Hong Kong en Stanley Village