En un país tan fascinantemente caótico como India, donde los colores se mezclan y bailan como en un caleidoscopio sin atender a ningún criterio establecido, cuatro ciudades destacan por la aparente uniformidad de sus edificios: son las ciudades monocromas del estado de Rajasthan.
Seguramente haya otras de características similares, pero no cabe duda de que esas cuatro se han convertido, por muchos motivos, en protagonistas absolutas. Tanto es así, que juntas constituyen una de las rutas más habituales para aquellos que se disponen a recorrer este precioso estado del norte de India. ¿Las conocéis?
Jaipur, la Ciudad Rosa
Capital de Rajasthan y, junto con Agra y Delhi, parte integrante del llamado Triángulo de Oro: las tres ciudades que forman la puerta de entrada al país.
Fundada en 1727, Jaipur fue construida en estuco rosado que imitaba a la arenisca, pero el motivo de su fuerte color rosado actual hemos de buscarlo mucho después, a finales del siglo XIX (o principios del XX, las fechas al respecto son algo confusas) cuando el Príncipe de Gales visitó la ciudad y en su honor se mandó pintar todos los edificios de este color a modo de bienvenida.
Jaisalmer, la Ciudad Dorada
Situada a las puertas del desierto del Thar, el color de esta ciudad labrada en piedra arenisca se mimetiza perfectamente con el de las doradas dunas que la rodean. El cuidado trabajo de sus havelis es tan detallado que realmente parecen levantados de fina arena, cual castillo de playa, pero es con las luces del atardecer cuando el sobrenombre de “Ciudad Dorada” cobra todo su significado. Una visita a los cenotafios de Bada Bagh y al templo jainista de lodruva es imprescindible.
Jodhpur, la Ciudad Azul
El tono índigo que tiñe las paredes de sus edificios confiere a Jodhpur un aire realmente onírico, especialmente si se contempla desde la magnífica fortaleza que desde lo alto de una colina domina toda la ciudad.
El origen de esta tradición lo encontramos en la casta brahmana que en sus inicios suponía un porcentaje elevado de la pobación de la ciudad, y que pintaba así las paredes de sus casas en honor al dios Krishna. Hoy día se trata de una práctica muy utilizada en todo el país para ahuyentar a los mosquitos y proporcionar a los hogares algo de frescor en las épocas más calurosas.
Udaipur, la Ciudad Blanca
Sin lugar a duda mi favorita de entre las cuatro, si bien el color blanco que viste sus casas no obedece a ningún motivo concreto. Sentarse en alguna de sus terrazas a observar el panorama de sus blancos tejados rodeados de frondosa vegetación, para después desviar la atención hacia el lago y admirar la puesta de sol es el mejor plan que pueda concebirse en la que acertadamente ha sido bautizada como “la Perla de Rajasthan”.
Fotos | Ross Morrison McGill, Benjamin Vander Steen, Manoj Vasanth, Steffi, Carmen
En Diario del Viajero | El Palacio de la Ciudad de Udaipur, El Fuerte Rojo de Delhi