El barrio musulmán de Xi’an es un lugar tan animado y auténtico que me atrevería a decir que, a su lado, la visita a los inertes Guerreros de Terracota llega a desmerecer un poco.
Naturalmente, soy consciente de que la comparación más que arriesgada es imposible, ya que hablamos de cosas completamente diferentes que no se pueden juzgar en una misma escala de valores. No obstante, en mi opinión la verdadera sorpresa de Xi’an se encuentra en plena calle, y no en el mausoleo de Qin Shi Huang.
Quizá sea porque uno llega a Xi’an con muchas expectativas respecto a sus famosos Guerreros, y un cierto desconocimiento sobre los Hui: el grupo étnico musulmán más importante de China, que tiene precisamente en Xi’an una de sus principales comunidades.
El barrio musulmán de Xi’an se convierte así en uno de los principales atractivos a disfrutar durante nuestra estancia en la ciudad. Sus calles, más que de tintes asiáticos, recuerdan a un zoco árabe, con sus decenas de puestos de comida cuyos aromas se extienden hasta el último rincón.
Uno puede regresar día tras día a este barrio, y siempre encontrará algo diferente que llame su atención. El simple acto de observar a los vendedores constituye un entretenimiento, y por la noche, cuando los puestos se iluminan con tenues lucecitas, el ambiente se torna verdaderamente mágico.
Foto | Tom Thai En Diario del Viajero | La Gran Pagoda del Ganso Salvaje, en Xi'an, Xian y los Guerreros de Terracota