Cuando la mayoría de los viajeros piensan en la Argentina como destino para su próxima aventura, de seguro imaginan a la multifacética Buenos Aires, lo grandioso de las Cataratas del Iguazú, lo maravilloso del Glaciar Perito Moreno y lo hermoso de la Patagonia. Pero la Argentina tiene mucho para ofrecer y, si de viajes exóticos se trata, este país tiene un destino que merece la pena ser descubierto: los Esteros del Iberá.
Se trata este del segundo humedal más grande del mundo, ubicado en la provincia de Corrientes, en el noreste del país. Un ecosistema único que debe su nombre a dos vocables de origen guaraní: “Δ que significa agua y “berá”, brillante. Por lo tanto, su traducción habla de lugar en el que el “agua resplandece o brilla”.
Flora y Fauna
Así, esta red de arroyos, riachos, pantanos, lagunas y bañados es de las más ricas en diversidad biológica a nivel mundial. Un impresionante paisaje que sorprende por su tamaño, por sus colores, por su flora, por su fauna y por la posibilidad de encontrarse en contacto permanente con la naturaleza.
De este modo cuenta con más de 60 lagunas bien delimitadas que alcanzan una profundidad de entre 2 y 3 metros. Las más importantes son: Luna, Iberá, Fernández, Trim, Disparo, Medina y Galarza. Allí, entonces, el visitante podrá apreciar camalotes y gran diversidad de plantas acuáticas, con porciones de tierra o vegetación que navegan por los espejos de agua.
Así, la variedad de flora, aunque no parezca, es muy grande y, en los sitios más firmes existe, incluso, diferente vegetación arbórea.
Pero, sin dudas, es este un paraíso para aquellos amantes de lo animales. Es que aquí se esconden diferentes especies. Muchas de ellas únicas. Hay mamíferos, aves, reptiles, batracios, peces y también insectos.
Sin dudas, aquel que representa a la zona es el yacaré. También pueden verse boas de agua, nutrias, carpinchos, ciervos de los pantanos, monos aulladores, gatos monteses, zorros grises chicos, zorrinos, hurones, comadrejas, liebres, vizcachas, armadillos negros, mulitas, cuises, lagartos, lagartijas, boas constrictoras, víboras de coral y cascabel.
Además, se pueden divisar centenares de especies de aves y cardúmenes de pequeños peces que se desplazan por los espejos de agua de los Esteros del Iberá.
En tanto, a orillas de la Laguna Iberá se alza el primer Centro de Interpretación cercano a la casa del Guardafaunas. Allí los visitantes podrán dar con gente de la zona que los asesorarán y darán pautas para el buen comportamiento en la Reserva.
Cómo llegar
La distancia que separa a los Esteros del Iberá de Buenos Aires es de poco más de 800 kilómetros. Por ello, la mejor y más rápida opción es la de un avión partiendo de la capital argentina hasta la ciudad de Posadas (provincia de Misiones). El vuelo tiene una duración de una hora y media. Luego, desde allí, en 4x4 habrá que recorrer 210 kilómetros hasta Colonia Carlos Pellegrini, la localidad más cercana a la Reserva.
En tanto, en coche o bus, el trayecto será más largo aunque con la posibilidad de atravesar parte del país y disfrutar de sus paisajes.
Un consejo es el de alojarse en las localidades cercanas, para comenzar el día bien temprano y disfrutar de los Esteros desde la mañana. Viajes en pequeñas embarcaciones, cabalgatas, caminatas y safaris fotográficos son algunas de las opciones.
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