Desde la desembocadura del Río de la Plata hasta Brasil, la costa uruguaya despierta todos los sentidos al viajero.
La península de Punta del Este, repleta de argentinos y uruguayos durante los meses de diciembre y enero, es una maravillosa muestra de las espectaculares playas que rodean el país que puede visitarse en cualquier época del año. Es una delicia recorrer los puestos del mercadillo con productos de pura lana. También acercarse a la isla de Lobos a contemplar los leones marinos que conviven con naturalidad con los humanos de la zona.
De todas maneras, la joya no la encontramos en la península de Punta, sino cuando uno se separa de ella y va avanzando por el margen de la costa. Las dunas se unen a la playa y con los rayos de sol ofrece un esplendor único al viajero.
El pueblo de La Barra da la sensación que el reloj no corre. En José Ignacio los pescadores siguen el mismo estilo de vida que hicieron sus abuelos y, a su vez, ofrece pequeñas maravillas arquitectónicas. También uno puede apuntarse a una cabalgata a caballo para conocer de cerca las ballenas. Casi nada.
Vía | El Confidencial Más información | Visit Uruguay | Punta del Este