En la Patagonia todo se mide con grandes escalas. Todo está lejos, es inmenso, fuerte, único. La meseta sin fin, los acantilados de la costa, los miles de kilómetros de litoral, la fiereza del Atlántico.
La historia patagónica también se mide con otros parámetros, en miles o millones de años. Internándonos en esa geografía enorme nos encontramos con el Bosque Petrificado de Jaramillo.
Llegar tampoco es sencillo, pero vale la pena el viaje. Son unos 20 kilometros de camino al sudoeste de la ciudad de Puerto Deseado. El Parque Nacional Bosque Petrificado ocupa 78 mil hectáreas (780 kilómetros cuadrados).
Se trata de un gran exponente del proceso de petrificación en antiquísimos bosques de la Patagonia, un proceso que se ha extendido a lo largo de mas de 100 millones de años.
En aquella época, el clima de la región era húmedo pero durante el Jurásico Medio, surgió la Cordillera de los Andes y erupciones volcánicas cubrieron la Patagonia con lava y ceniza. Los bosques de araucarias existentes se cubrieron de cenizas o se quemaron, y así comenzó el proceso de petrificación gracias a la transformación del clima provocada por los cambios orográficos.
Hoy se puede recorrer un sendero paleontológico peatonal guiado de unos dos kilómetros de extensión, apreciando grandes araucarias petrificadas. Es realmente impresionante ver esos grandes troncos yaciendo, como dormidos, convertidos en piedra.
También hay una pequeña sala de interpretación. Para llegar, como dijimos, puedes salir desde Puerto Deseado por la RutaNacional 3, a la altura del kilómetro 2074 se abre la Ruta Provincial 49, que tras 50 kilómetros de grava llega a la entrada del parque. Se puede ir con vehículo propio o en excursión; en todos los casos conviene llevar agua potable y algo de comer, ya que el bosque se encuentra a más de 200 km de la población más próxima.
Foto | Parques Nacionales Argentina
En Diario del viajero | Cueva de las manos pintadas en la Patagonia argentina