Todos conocemos las pirámides egipcias, y nos parecen la quintaesencia de lo magno. Sin embargo, con los datos en la mano, no son las pirámides más grandes jamás construidas. Ese honor hay que cedérselo a la Pirámide de Tepanapa, más conocida como pirámide de Cholula, el centro del estado mexicano de Puebla.
El problema de esta pirámide es que no se ve fácilmente, a simple vista, y hay que imaginársela un poco. No es que se haya destruido. Existir, existe, pero está cubierta de otra cosa por encima que nos oculta su grandiosidad.
La Gran Pirámide de Tepanapa tiene 400 metros de lado, y también tiene la base más grande jamás construida. También es la que tiene un mayor volumen construido: 4,5 millones de metros cúbicos. No es, sin embargo, la más alta: 65 metros (la Gran Pirámide de Guiza en Egipto tiene una altura de 139 metros). Pero, aún así, pasa desapercibida. Hasta el punto de que los conquistadores españoles no advirtieron su existencia, tomándola por una colina.
Y es que esta pirámide quedó sepultada por la vegetación y el suelo. No en vano, a esta pirámide también se la conoce por el nombre de Tlachihualtépetl (del náhuatl "cerro hecho a mano")
El Tlachihualtepetl fue producto de siete pirámides superpuestas, cada una de las cuales cubría la totalidad de la pirámide anterior. Solo queda a la vista la capilla que se construyó en su cumbre, levantada en 1594, después de tres intentos de los españoles por destruirla en su totalidad durante décadas previas. Con todo, los arqueólogos estiman que empezó a construirse hacia el 300 a. C., y que se concluyó siglos más tarde. La pirámide oculta bajo este cerro está surcada por ocho kilómetros de túneles.
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