El Mercado del Puerto de Montevideo es uno de los puntos que siempre recomiendo como imprescindible cuando me preguntan qué ver en la capital de Uruguay. Situado en el corazón de la Ciudad Vieja, se trata del lugar ideal para reponer fuerzas antes de continuar paseando y descubriendo la ciudad.
Recuerdo que la primera vez que fui me advirtieron de que era un lugar bastante turístico. Quienes me lo decían eran montevideanos, y he de decir que no estaban faltos razón: el Mercado del Puerto es turístico, pero no sin motivo; se trata de un lugar con tanto encanto e historia que lo extraño sería que hubiese quedado relegado al olvido.
Inaugurado en 1868 como punto de venta de frutas, verduras y carnes, el Mercado del Puerto se convirtió con el tiempo en el centro gastronómico que hoy conocemos, lleno de restaurantes donde se pueden probar los mejores platos de la cocina uruguaya, destacando especialmente el asado, si bien sus precios son ligeramente elevados con respecto a los de un lugar más popular.
Lo que resulta impagable es el ambiente. Ya he dicho que este mercado es un lugar con muchísimo encanto, a lo que además de su propia arquitectura y diseño (a destacar su estructura de hierro y el reloj de cuatro esferas que preside el amplio espacio interior), contribuyen la multitud de pintores y músicos que pasean entre sus mesas, entreteniendo a los clientes.
Por todo ello, el Mercado de Puerto de Montevideo se ha convertido en un lugar por el que nadie que viaje a Uruguay puede dejar de pasar. Si lo hacéis, no olvidéis tomar una botellita del famoso Medio y Medio (vino blanco seco con espumante) en el Roldós. ¡Toda una tradición!
Foto | LWY En Diario del Viajero | El Museo del Carnaval, en Montevideo, Los ñoquis del día 29