Las celebraciones de la Semana Santa en México muestran claros signos de sincretismo entre las creencias propias de los pueblos mesoamericanos y la fe que llevaron los misioneros católicos. Un claro ejemplo es la Semana Santa en Nayarit.
La celebración de la Semana Santa coincide, en el antiguo calendario indígena, con el mes de Hueytozoztli, cuando se honraba a los dioses del maíz Centéotl y Chicomecóatl (dualidad masculina y femenina respectivamente), a quienes los mexicas ofrecían mazorcas del año anterior, para convertirlas en semilla.
En el Estado de Nayarit encontramos muchas comunidades del pueblo cora que le han dado su toque personal a las celebraciones religiosas. Durante todos los días de la Semana Santa, grupos de jóvenes recorren las calles "persiguiendo al Cristo-Sol", buscando la imagen del Niño Nazareno. A estos jóvenes se les llama "judíos" o "borrados" y representan a un ejército de demonios nocturnos (de la fertilidad), que deambulan por las calles de la ciudad semidesnudos o pintando su cuerpo con pintura blanca y negra o multicolor, enmascarados y con sables de madera en sus manos.
Después de múltiples intentos, el Viernes Santo se logra capturarle y simbólicamente se le tiene que dar muerte. El Sábado de Gloria se invierte la situación. Cristo resucita y los demonios se autodestruyen o regresan al río de donde habían salido. Algunas de las comunidades donde puede verse esta personal Semana Santa son Jesús María del Nayar y Santa Teresa del Nayar. En la comunidad de Mesa del Nayar también se celebra con "borrados" pero sólo se permite la asistencia a ciudadanos del lugar.
Foto | México desconocido, Onda cultural En Diario del Viajero | Semana Santa