Canoa Quebrada, el destino hippy de los 70 que sigue siendo igual de espectacular

Canoa Quebrada es un pequeño pueblo de pescadores, a 150 km de distancia de Fortaleza (Brasil), donde se respira la magia, y la fascinación del Trópico en medio de una gran hospitalidad. Características que la hicieron muy famosa entre los viajeros de los años 70.

Todavía hoy es posible encontrar huellas de su pasado hippy mezcladas con montones de lenguas y culturas. Imaginaros un pequeño pueblo marinero con una gran calle principal, casitas, la iglesia y la escuela y un montón de pequeños restaurantes.

Lo que más caracteriza a este pueblo es su playa de una belleza de esas que corta la respiración, pues está situada a los pies de un acantilado que puede alcanzar los 15 metros de altura formado por arenas de diferentes colores.

El pueblo de Esteves fue un lugar descubierto por los cineasta de la Nouvelle Vague de los años 60 que, desde entonces, se ha visto sometido a un gran choque cultural, de resultas de lo cual ha ido surgiendo un sentimiento de libertad que todavía continúa perdurando.

El clima es uno de los mejores del mundo, pues la temperatura ronda los 30 grados, el sol brilla todo el año, y no llueve casi nunca. Un oasis en medio de dunas de arena, donde los habitantes se dan cita al caer la tarde en la avenida principal a la que todo el mundo conoce con el nombre de Brodway.

En esta playa, además de poder disfrutar del mar, se pueden oír también el sonido de los pájaros – cuando no es tapado por el ritmo de la música reggae. Allí también se puede beber agua de coco directamente del fruto, y comer langostas y pescado fresco a la brasa de un sabor increíble. Por estas latitudes el pan escasea, por lo que casi todo el mundo acompaña sus comidas con arroz blanco.

Los más animados pueden darse una vuelta en buggy entre las dunas de la zona, y darse un baño en una piscina natural de color turquesa. Importante protegerse con una crema protectora y con un sombrero para no quemarse con el sol. El turismo de aventura permite campeonatos de vuelo libre, rápel, escalada, trekking, ralíes, windsurf, kitesurf, vela, surf, y aún el sandboard. Pero también es posible disfrutar del ecoturismo en el Parque Nacional de Ubajara, en el Sertao, y en la región de Cariri que cuentan con cascadas, y senderos para la observación de pájaros y plantas.

Cerca de allí, en Fortaleza, se puede visitar el Mercado Central y también la avenida Beira Mar. En el mercado se puede disfrutar del color y de los olores de las especias y de las frutas entre las que destacan las piñas y del maracuyá. El contraste es tan chocante que merece la pena deambular entre los puestos.

La avenida Beira Mar en Fortaleza se asoma directamente sobre el mar, y desde allí se puede observar todo el skyline de la ciudad. Por la tarde se llena de gente que frecuenta los numerosos restaurantes de la zona, hay presentaciones de artistas callejeros, programaciones infantiles, pero el auténtico reclamo es el mercadillo de artesanos locales donde se pueden adquirir piezas fabricadas a mano a partir de plantas como el cipó y la carnaúba. Llaman mucho la atención las hamacas bordadas y decoradas con encaje de bolillos. También son importantes las botellas de arenas de colores, en las cuales son reproducidos, manualmente, paisajes y diversos temas locales.

No me extraña que este lugar atrajese a los hippies de los años 70 que encontraron en él un lugar aislado, habitado por una población sencilla y hospitalaria, por lo que algunos de ellos decidieron quedarse a vivir, y formar allí sus familias.

Más información | Cano Quebrada
Fotos | Octavio Nogueira, Shutterstock, Shuterstock, Silveira Neto, Tatiana Sapateiro, Ana Paula Hirama, Lyssuel Calvet
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