En la región marroquí del Medio Atlas, donde se encuentran las ciudad imperiales de Fez y Meknès también se pueden encontrar joyas escondidas que bien merecen una visita por parte de los que les guste aventurarse un poco más allá de los caminos trillados.
A aproximadamente 25 kilómetros de la ciudad de Meknès, se encuentra el pueblo de Moulay Idriss, enclavado entre montañas y con una peculiar forma amoldada a los montes. Sus casas de colores claros resultan visibles a lo lejos, haciendo de la silueta de la población algo propio de un cuento de las mil y una noches.
El pueblo es un importante lugar de peregrinaje para los musulmanes ya que en él se levanta el mausoleo a Idris I, el fundador del primer Reino de Marruecos y uno de los principales divagadores del Islam en la región. Por ello, el pueblo recibe anualmente la peregrinación de los seguidores de Moulay Idriss, que se reúnen en un ambiente festivo.
Hasta hace pocos años la ciudad estaba vetada para los no musulmanes, pero en la actualidad éstos sólo tienen denegado el acceso al mausoleo. De todas formas, el propio pueblo merece por sí sólo una visita, pues su estrechas y compactas callejuelas empinadas lo hacen un laberinto en el que perderse siempre resulta agradable.
Llegar a Moulay Idriss desde Meknès es muy fácil y barato si se tiene paciencia: por 10 dirhams (unos 0,8 euros) el trayecto, uno podrá tener una plaza en un grand taxi colectif que en poco más de 30 minutos recorrerá la distancia entre Meknès y el pueblo. Si en cambio, el viajero quiere más comodidad, deberà pagar unos 100 dirhams (8,8 euros) por cada trayecto por el taxi completo.
Es muy recomendable combinar la visita a Moulay Idriss con la visita a las ruinas romanas de Volúbilis, a tan sólo 4 kilómetros de la población.
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