Marruecos es un país creciente en cuanto a turismo se refiere. Su proximidad al viejo continente y la gran oferta de vuelos económicos a alguno de sus muchos aeropuertos lo han convertido en el destino ideal para una escapada de pocos días o para un largo de viaje de varias semanas.
De sobras conocidas son las ciudades imperiales de Fez, Marrakesh o Meknès, pero el país aún aguarda algunas joyas que tampoco se esconden en lugares recónditos y de difícil acceso. En la misma capital del país, Rabat, hay muchos lugares de interés que valen mucho la pena, uno de ellos, el que os traemos hoy: la Kasbah de los Oudayas.
La Kasbah de los Oudayas es una ciudad fortificada que se sitúa justo al borde del mar, en un punto que se consideró estratégico para cumplir sus funciones de control y baluarte. Se inició su construcción en el siglo XIII y en la actualidad nos ha dejado una zona extremadamente agradable, con jardines y calles cuyos colores blanco y azulado sólo pueden inspirar una perfecta paz y armonía.
Para llegar a la Kasbah, lo mejor es cruzar Rabat a través de su Medina, otro de los puntos claves de la ciudad. Si no, los petit taxi se encuentran en cada esquina. Recientemente, se ha abierto una línea de tranvía que cruza la capital aunque la parada más cercana a la Kasbah se encuentra a un paseo de 5-10 minutos.
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