Aquellos que viajen a Túnez con el sueño de conocer Cartago habrán de añadir otra parada en su recorrido: Kairouan, la primera ciudad fundada por los conquistadores árabes en el norte de África, cuya Gran Mezquita es hoy día uno de los mejores lugares donde admirar, o al menos intuir, lo que un día fue la antigua Cartago.
Y es que, cuando en el siglo VII los árabes musulmanes destruyeron Cartago emplearon parte de sus piedras para levantar Kairouan y la mezquita de Uqba: una imponente fortaleza que con sus 9.000 metros cuadrados de extensión es una de las más grandes del norte de África.
Si bien el acceso a su sala de oraciones no está permitido para los no musulmanes, merece la pena entrar a su inmenso patio. Éste se encuentra rodeado por una gran galería sostenida por columnas de mármol y granito en las que, fijándonos bien, descubriremos capiteles que datan de la época romana.
Pero eso es sólo un aperitivo: un vistazo desde la puerta al interior de la gran sala de oraciones permite adivinar en la penumbra un bosque de más de 400 columnas de mármol blanco, con detalles en pórfido rojo y granito azul, de una belleza realmente asombrosa. Sus capiteles, como aquellos del patio, delatan el lugar del que fueron traídos.
Imagen | Carmen En Diario del Viajero | Por qué viajar a Túnez: seguridad o desconocimiento, Bardo, Cartago y Sidi Bu Said en un día