Oyendo las canciones de Cesária Evora sentí curiosidad, y he estado investigando un poco sobre Cabo Verde. La verdad es que si queréis sustraeros al frío pelón de estos últimos días y disfrutar de la belleza y de la magia de este lugar, os invito a acompañarme para conocerlo, aunque sólo sea virtualmente.
Cabo Verde es un estado soberano insular de África. Se trata de un archipiélago compuesto por dieciséis islas de origen volcánico ubicadas en le océano Atlántico septentrional frente a las costas senegalesas. Disfruta, por tanto, de un clima tropical, muy seco, con temperaturas entorno a los 26 grados durante todo el año, lo que hace de él un destino estupendo para huir del frío en invierno. Aunque en febrero, el archipiélago sufre la influencia de tempestades procedentes del Sáhara. Así que, ¡cuidado con las fechas!
Su capital se llama Praia y está entre las tres ciudades más grandes que tiene este archipiélago. Las otras dos son Mindelo y Santa María. En Cabo Verde se habla el portugués y también crioulo (criollo), que es un dialecto que deriva del propio portugués, pero sus habitantes también se defienden bastante bien en francés y en inglés.
A Cabo Verde se llega en avión. Para viajar hace falta, además del pasaporte como es lógico, también un visado que se obtiene a través de la embajada de Cabo Verde o directamente en el aeropuerto de Sal a la llegada. No hace falta vacunarse de nada en particular, pero aconsejan hacerlo para evitar la hepatitis A y también la fiebre amarilla. Para evitar los dichosos virus intestinales es aconsejable beber sólo agua embotellada.
Cada una de las isla presenta sus propias características intrínsecas. Sal es la isla más animada, con hoteles y estructuras turísticas y un mar de aguas cálidas y cristalinas con arrecifes de coral y playas de arena blanca por lo que es un lugar estupendo para practicar surf, buceo y también para pescar; al igual que Boavista que, poco a poco, se está convirtiendo en el destino turístico por excelencia.
Muchos la llaman la isla de las dunas pues está rodeada por pequeños islotes. La isla tiene 55 kilómetros de arenas blancas con oasis y palmeras, y cálidas aguas de color turquesa. En esta isla fue donde nació la morna, un estilo musical típico de Cabo Verde. A la caída de la tarde en toda la isla se oye esta música.
Santiago y Maio continúan conservando su auténtico aspecto de isla con playas de piedra y naturaleza casi nunca frecuentadas. Maio fue antaño un antiguo puerto porque la principal ocupación de esta isla fue la extracción de sal que era enviada a la isla de Santiago para después exportarla a Europa.
La capital Praia es la más moderna, mientras que Maio todavía sigue siendo una gran desconocida para el turismo de masa. Assomada es una localidad a 36 km de Praia. El centro de la población tiene un importante número de edificios de estilo colonial. Su mercado se considera el mayor y más concurrido
También está Fogo, una isla con un volcán todavía activo (la última vez que entró en erupción fue en el 2014), que tiene una pequeña localidad, llamada Chã das Caldeiras, que se encuentra el pie del volcán. Sus residentes son evacuados periódicamente, cuando se producen erupciones. San Vicente, con Mindelo es la capital cultural de Cabo Verde.
Las otras islas, Brava, S. Nicolau y S. Antao, continúan medio salvajes, especialmente Brava conocida por los lugareños como la isla de las flores. El verde de la isla lleva por medio de una costa serpenteante, y bahías llenas de encanto a diversos escenarios donde profundos valles contrastan con los picos más altos. Su capital, Nova Sintra, tiene características marcadamente coloniales.
La cultura de estas islas es una mezcla de elementos europeos y africanos, y es conocida por su diversidad de músicas que reflejan los distintos orígenes de la población. Son islas predispuestas naturalmente al ecoturismo. Teniendo en cuenta que se encuentran a tan sólo 4 horas de vuelo desde España es un destino a tener muy en cuenta. ¡Qué ganas tengo de que llegue el buen tiempo!
Fotos | Waldir, Ingo Wölbern, Adriao, Wolbern, Ingo
Diario del Viajero | Cavoquinho, alojamiento rural en Cabo Verde