Curiosamente sólo un 20% de la población mundial no cuenta con los insectos en su menú gastronómico habitual. Evidentemente, ese 20% se encuentra en los países occidentales y uno se pregunta, ¿nos estamos perdiendo algo delicioso por culpa de nuestros prejuicios culinarios?
Por lo visto la fusión de platos de todo tipo está llamando la atención a los gourmets más prestigiosos dentro de la escena internacional. De aquí poco, nos cuentan, veremos saltamontes a la miel y zumo de melón, por ejemplo, en cualquier restaurante de diseño en ciudades europeas.
Cuando corría por Camboya probé saltamontes y arañas fritas. La verdad es que los saltamontes tampoco estaban nada mal; crujientes al estilo de una patata frita aunque no tenía mucho gusto de por sí. El problema vino con la araña porque era grande y peluda. Las patas no fueron ningún problema pero en el momento en que mordí el cuerpo empecé a notar un líquido bastante desagradable esparciéndose por mi boca...
Igual un día, quien sabe, nos quejaremos al camarero porque se olvidaron de meter la cucaracha en nuestra sopa.
Vía | Treehugger En Diario del Viajero | De tapas por Camboya