La Q tiene una explicación muy sencilla. Un buen número de destinos emergentes (Turquía, Croacia, Túnez, etc.) amenazan la posición privilegiada que ha correspondido desde hace décadas a España en el concierto internacional. Los turistas británicos o franceses pueden encontrar en esos países precios mucho más accesibles contra los que nuestra industria es incapaz de competir. De ahí que la estrategia ahora consista en mantener el precio, pero incrementando la calidad.
Hasta ahora, la Q sólo era conocida de puertas adentro. Un buen número de empresas (1.500) han invertido el dinero necesario para obtenerla. Ahora, el siguiente paso es darla a conocer al viajero, para que éste sepa si esa agencia con la que va a contratar sus vacaciones o ese hotel en el que va a alojarse tiene o no la calidad suficiente. Esa, al menos, es la idea.