En España tenemos la suerte de contar con algunas de las construcciones antiguas más impresionantes del mundo, aunque muchas de ellas no sean especialmente conocidas. Además suelen encontrarse en enclaves únicos, lo que les brinda mucho más encanto, convirtiéndolos en joyas que merece la pena descubrir.
Uno de ellos es la Villa-Fortaleza de Castellar de la Frontera (conocido como Castellar Viejo), uno de los tres núcleos de población de de Castellar de la Frontera, junto con la Almoraima y Pueblo Nuevo de Castellar.
Enclavado en el corazón del Parque Natural de los Alcornocales, Castellar de la Frontera se erige como una joya oculta en la provincia de Cádiz. Un castillo medieval que domina esta zona del paisaje gaditano y que esconde dentro de sus murallas un pueblo que conserva todo el encanto de la época medieval.
Castellar de la Frontera, la villa en donde el tiempo se ha detenido
Este castillo árabe del siglo XIII está a 248 metros de altitud y ha sido reconocido como Monumento Histórico Artístico desde 1963. Sin duda, es un magnífico ejemplo de arquitectura militar andalusí, caracterizada por su funcionalidad. La fortaleza presenta una planta irregular adaptada a la topografía del terreno, mientras que sus grandes y robustas murallas están construidas con mampostería y rematadas con almenas para ofrecer protección contra los asedios.
Las torres, distribuidas estratégicamente a lo largo de las murallas, permitían una vigilancia exhaustiva del entorno. La entrada principal, enmarcada por un arco de herradura, refleja la influencia del arte islámico, mientras que el interior del castillo alberga patios y estancias de gran belleza que se utilizaban para la residencia y la administración. Este estilo arquitectónico, conocido como "pueblo fortificado", es típico de la época medieval en la región y refleja una unión entre la necesidad de defensa y la vida cotidiana.
La impresionante arquitectura del castillo, junto con sus casas blancas adornadas con macetas llenas de flores y sus callejuelas estrechas y adoquinadas, crean la sensación de que aquí el tiempo se ha detenido.
Qué hacer en Castellar de la Frontera
Atravesar la parte nueva del pueblo y subir a lo largo del cerro hasta el castillo ya es una plan que merece la pena disfrutar. Al entrar en la fortaleza, es obligado explorar las murallas y visitar el alcázar de los Condes de Castellar y la Torre del Homenaje para disfrutar de las espectaculares vistas panorámicas del Parque Natural de los Alcornocales, el embalse de Guadarranque y los bosques circundantes.
También es imprescindible también es una visita a la Iglesia del Divino Salvador, situada dentro del recinto del castillo, una pequeña edificación de estilo barroco, decorado con elementos austeros pero elegantes, incluyendo un altar mayor que alberga la imagen del Divino Salvador.
Dormir en este castillo también es posible gracias al Hotel Castillo de Castellar, un complejo turístico que cuenta nueve casas rurales perfectamente equipadas en el interior del recinto amurallado del antiguo pueblo. Un sitio ideal para disfrutar de una forma más auténtica la magia de Castellar de la Frontera, así como de la deliciosa gastronomía andaluza.