Es la ciudad más pequeña de España, pero tiene un castillo que desafía la gravedad, casas colgadas y un espectacular puente romano

Es la ciudad más pequeña de España, pero tiene un castillo que desafía la gravedad, casas colgadas y un espectacular puente romano
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Cuando pensamos en ciudades españolas asombrosas, generalmente nuestra mente visualiza grandes urbes como Madrid o Barcelona. Sin embargo, existen pequeñas poblaciones que gozan de este título y que maravillan a locales y a turistas por todas las huellas que han dejado su trescendencia en la historia del país.

Es el caso de Frías, en Burgos. Se trata de la ciudad más pequeña de España, con apenas 250 habitantes, que a pesar de su tamaño, ha jugado un papel significativo en la historia de la región. Fundada en tiempos prerromanos, Frías fue un punto estratégico en la Edad Media debido a su ubicación privilegiada en lo alto de un peñasco, lo que le permitía controlar las rutas comerciales y defensivas del norte de Castilla.

Gracias a ese atributo, en 1435, el rey Juan II de Castilla le concedió a Frías el título de ciudad, un honor que conserva hasta hoy y que le otorga un carácter especial. A lo largo de los siglos, Frías ha mantenido su encanto medieval, con calles empedradas, casas de entramado de madera y un conjunto arquitectónico impresionante.

El Castillo de Frías: el guardián de la ciudad

Castillo De Frias
Imagen | Ciudad de Frias

Dominando el horizonte de Frías, el Castillo de Frías (o de los Velasco, como también se le conoce), es una fortaleza imponente que data del siglo X. Originalmente construido por los condes de Castilla para proteger la frontera con el Reino de Navarra, el castillo fue ampliado y reforzado en los siglos posteriores, especialmente durante el dominio de la familia Velasco, que gobernó la región durante gran parte de la Edad Media.

El castillo se asienta en lo más alto del peñasco, ofreciendo vistas panorámicas sobre la ciudad y el valle del Ebro. Su torre del homenaje, la parte más destacada de la fortaleza y cuya parte inferior puede ser la más antigua de la totalidad  del castillo, es accesible a los visitantes y ofrece una vista inigualable del paisaje circundante. Desde aquí, se puede apreciar la disposición estratégica de Frías, con sus casas colgantes, el puente romano y las murallas que una vez protegieron a sus habitantes.

El interior del castillo además conserva elementos históricos como salas de armas, mazmorras, algive y patios de armas, que permiten acercarse a la vida medieval de la región.

Las casas colgadas y el puente medieval: dos maravillas arquitectónicas

Las Casas Colgadas Frias
Imagen | Ciudad de Frias

Uno de los elementos más icónicos de Frías son sus casas colgadas, que desafían la gravedad al estar construidas en el borde de “La Muela”, como se conoce la gran roca sobre la que se asienta la parte alta de la Ciudad. Estas viviendas medievales, con sus fachadas de piedra y madera, se sostienen sobre la ladera del peñasco, creando una imagen espectacular que ha hecho de Frías un lugar de obligada visita.

Estas no solo son una muestra de la destreza arquitectónica medieval, sino que también representan la adaptabilidad de sus habitantes, quienes aprovecharon al máximo el espacio limitado que ofrecía el terreno para construir sus viviendas. Pasear por las estrechas calles que serpentean entre estas casas es como caminar por un museo al aire libre, donde cada esquina revela una nueva perspectiva de este extraordinario paisaje urbano.

Puente Medieval De Frias Frias


Otro de los grandes atractivos de Frías es su Puente Medieval, que cruza el río Ebro y conecta la ciudad con el resto de la comarca. Aunque su estructura actual data de la Edad Media, se cree que su origen fue de construcción romana y reconstruido varias veces en la Edad Media. Con casi 150 metros de longitud y nueve arcos de medio punto, este puente es uno de los mejor conservados de la región y un ejemplo impresionante de la ingeniería de la época.

El puente, que también sirvió como punto de pontazgo (o peaje), en tiempos medievales, está coronado por una torre defensiva que controlaba el acceso a la ciudad y que se construyó en el siglo XIV, añade un toque muy especial a la estructura, recordando la importancia estratégica que tuvo Frías en la Edad Media.

Pero esta pequeña ciudad tiene mucho más que ofrcecer. Además de sus monumentos más conocidos, existen otros que gozaron de similar importancia para la ciudad, como las Puertas y el Recinto Amurallado, la Iglesia de San Vitores, la ermita de Nuestra Señora de la Hoz o la pequeña iglesia románica que aún se conserva.

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