Además las multas por contravenir esta ordenanza no son broma. Hasta 500 euros puede llegar a costarnos encender un cigarrito en la calle.
Al parecer la medida se ha tomado después de comprobar el aumento, por encima de la media nacional, de enfermedades respiratorias y cáncer de pulmón entre la población napolitana.
Sin entrar a valorar si su imposición es o no adecuada, lo que creo es que es de sentido común no fumar si hay niños o embarazadas, o irnos a otro sitio a hacerlo. Pero reconozco que todavía hay fumadores a los que les da igual fumar sin mirar las consecuencias.
Por otra parte, impedir fumar en los parques me parece excesivo. Estoy seguro de que contaminan menos todos los cigarrillos que se puedan fumar en los parques napolitanos al día (respetando la norma de no fumar en presencia de niños) que los vehículos que circulan por las calles, a los que por cierto nadie prohíbe circular y emitir gases cuando haya niños cerca.
En fin, que si son fumadores y tienen pensado viajar a Nápoles sepan que pueden llevarse un disgusto.
Vía | Herald Tribune