Más que una planta ornamental, uno podría referirse a ella como un árbol que crece fuera de control. La Rosa de Hildesheim, también conocida como la rosa milenaria, probablemente sea la rosa más antigua de la Tierra, y salvo que ocurra una hecatombe, continuará detentando este récord todavía durante muchos años, ya que ni siquiera se rindió durante los intensos bombardeos aéreos que tuvieron lugar durante la Segunda Guerra Mundial.
La planta creció sobre uno de los laterales de la catedral de Hildesheim situada en el estado de Baja Sajonia en Alemania, donde fue plantada en el año 815 cuando fue inaugurada la seo. Milagrosamente la planta continuó creciendo durante varios siglos, desplazándose lentamente hacia el ábside que contiene una capilla gótica dedicada a Santa Ana, en el patio interior del claustro de la catedral, y todavía hoy continúa floreciendo con la llegada de la primavera. La Rosa de Hildesheim es de un color rosa pálido y suele florecer allá por el mes de mayo.
Lo curioso es que mientras que este rosal ha sobrevivido durante siglos, el edificio sobre el que se apoya ha sido destruido en un par de ocasiones a lo largo de la historia. Sobre todo durante la Segunda Guerra Mundial, cuando la catedral fue casi totalmente arrasada por el fuego por culpa de los bombardeos aéreos en 1945. Se llegó a temer por la planta, que se quemó junto con el edificio, pero sus raíces eran muy fuertes, y se agarraron fuertemente a la vida, volviendo a germinar.
No es extraño por tanto que la leyenda considere este rosal como un símbolo de prosperidad de la ciudad de Hildesheim, y que se diga que mientras que la planta continúe floreciendo la ciudad continuará prosperando.
Fotos | Ramessos
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