Comenzamos nuestro romántico recorrido en el parador de Baiona, en la provincia de Pontevedra: una fortaleza amurallada con unas vistas espectaculares sobre el Atlántico. Es una construcción singular, a mitad de camino entre fortaleza medieval y la arquitectura señorial gallega, y el entorno, junto al mar y a un bosque de pinos, ofrece tranquilidad y la majestuosidad de otras épocas.
A otra época parece que nos traslademos en el parador de Sigüenza, en la provincia de Guadalajara. A una época de caballeros y justas amorosas al alojarnos en un castillo medieval del siglo XII, aunque con remotos orígenes romanos. Un edificio decorado al más puro estilo castellano, con leyenda mágica de fantasmas incluída. En un enclave histórico, junto a la hermosa villa de Sigüenza y también cercana a bellísimos espacios naturales.
En el parador de Cervera de Pisuerga, al norte de la provincia de Palencia, nos sentiremos ajenos al bullicio de la vida cotidiana… Es un sencillo edificio situado en un marco natural único, junto a las aguas del Pantano de Ruesga y formando parte de la Reserva de Fuentes Carrionas. Pequeños núcleos rurales salpican el entorno, con el arte románico como protagonista.
Volvemos junto al océano para llegar al parador de La Gomera, con la isla de Tenerife y el imponente Teide al fondo. Es en una construcción de arquitectura isleña con motivos marineros inundando su acogedor interior y un jardín con piscina para albergar los descansos de los enamorados.
El parador de Cáceres, en pleno casco antiguo de la ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad. El edificio es el antiguo Palacio de Torreorgaz, levantado sobre cimientos árabes en el siglo XIV y presidido por su esbelta torre. Tanto en el edificio como en el entorno monumental se entremezclan los estilos góticos, renacentistas y barrocos, por los que los amantes se verán inmersos en un ambiente especial entre palacetes medievales.
El parador de la Granja (Segovia), recientemente inaugurado y que cuenta con un spa para relajarse en la mejor compañía. Se trata de un parador ubicado en la Casa de los Infantes, del siglo XVIII, mandada construir por Carlos III en plena Sierra de Guadarrama. Además, tendremos el privilegio de poder pasear por uno de los parques más bonitos de España, los jardines y fuentes del Palacio Real de La Granja.
El parador de Cazorla, en Jaén, un edificio de construción moderna ubicado en pleno parque natural, en el paraje conocido como Sacejo. Su elevada situación ofrece unas panorámicas excelentes de la sierra, con tranquilos paseos y una gastronomía con la carne de caza como plato estrella.
El parador de Ciudad Rodrigo (provincia de Salamanca) nos vuelve a trasladar a épocas de caballeros medievales… Enclavado en las murallas de la ciudad, las vistas al río Agueda, sus hermosos jardines, su patio y sus paredes tapizadas de hiedra se conjugan para ofrecer una romántica estancia junto a la ciudad declarada conjunto histórico-artístico nacional.
En el País Vasco nos detenemos en el parador de Hondarribia (Guipúzcoa), un castillo sobre el estuario del Bidasoa, fundado por el rey navarro Sancho Abarca en el S. X. El edificio mantiene la estructura de fortaleza medieval y su interior, magníficamente recuperado, esconde elegantes joyas de mobiliario y decoración antigua, con armaduras y lanzas incluídas. Las deliciosas vistas sobre la costa francesa y el mar se combinan con un entorno de calles empedradas ideales para descubrir la belleza de Hondarribia en compañía.
Finalizamos nuestro camino en un castillo del siglo X que se convierte en el parador de Tortosa, en la provincia de Tarragona, en la vega del Ebro. El parador domina una ciudad con maravillas monumentales que aúnan el pasado árabe y el estilo gótico catalán. También aquí los parajes circundantes entre montañas se disfrutan desde los ventanales del parador.
En fin, lugares no faltan para disfrutar de una estancia amorosa, aunque, eso sí, la pasión la lleva cada cual.
En Diario del viajero | San Valentín: 3 escapadas románticas por España | 10 hoteles rurales románticos en España