El espectacular pueblo de Huesca suspendido en una ladera que National Geographic recomienda visitar en octubre

El norte alberga auténticos tesoros, aún desconocidos para muchos, que se pueden disfrutar lejos de las multitudes que invaden otros destinos. Paisajes impresionantes, una arquitectura llena de secretos que invitan a ser descifrados cuando se observan en conjunto y una rica historia que envuelve cada rincón, son los elementos que comparten muchos de ellos. Tal vez esos sean algunos de los motivos por los que National Geographic ha destacado un pequeño pueblo de Huesca como el destino ideal para visitar este mes.

Se trata de Alquézar, un precioso paraje enclavado en pleno corazón de la Sierra de Guara, un destino que sorprende por su belleza medieval, sus paisajes naturales y la sensación de que el tiempo se ha detenido dentro de sus murallas. Por algo ha sido reconocido como uno de los Pueblos Más Bonitos de España.

Fundada en el siglo IX como una fortaleza musulmana, su nombre proviene del árabe "al-Qasr", que significa “castillo” o “fortaleza”. La ciudadela tenía un propósito defensivo: proteger la frontera de los reinos cristianos. Con el tiempo, la reconquista cristiana llegó, y Alquézar fue asimilada, pero la huella árabe quedó marcada para siempre.

Alquézar: un pueblo perfecto para admirar la arquitectura medieval

Imagen | Turismo de Alquézar

Si hay algo que distingue a Alquézar es su arquitectura medieval intacta. Caminar por su casco antiguo lleno de calles empedradas es como hacer un viaje en el tiempo. Los edificios de piedra, muchos de ellos de los siglos XVI y XVII, conservan un aire rústico y encantador. Sus casas centenarias están distribuidas en terrazas, adaptándose a la ladera, y las calles serpentean hasta llegar a la colegiata. Esta disposición es uno de los grandes encantos del pueblo, pues ofrece unas vistas panorámicas espectaculares desde prácticamente cualquier rincón.

Dentro del casco, es imprescindible hacer una visita a la Iglesia de San Miguel, el Museo Etnológico Casa Fabian, al Portal (una de las cuatro entradas a la villa), famosa por tener el escudo de la Villa destacando sobre su arco y por ser la más representativa y mejor conservada, y terminar el recorrido tomando algo en alguna de las terrazas de la plaza porticada Rafael Ayerbe.

Uno de los mayores atractivos de su arquitectura es cómo el pueblo parece abrazar la naturaleza. No es raro caminar por callejones estrechos y de repente encontrarte con un punto que ofrece vistas de los cañones del río, como el Mirador Sonrisa al Viento. Desde este punto privilegiado, se disfruta de una espectacular panorámica de la villa de Alquézar y del último tramo del imponente cañón del río Vero. Este río, que ha esculpido el paisaje durante siglos, es también un imán para los viajeros, atraídos por las famosas rutas de senderismo y barranquismo que deleitan a los aventureros.

Colegiata de Santa María la Mayor

Por supuesto, Alquézar tiene una riqueza monumental invaluable, empezando por la Colegiata de Santa María la Mayor, que se alza como una joya en el punto más alto del pueblo. Con su claustro decorado con las pinturas originales en sus paredes y una iglesia románica que invita al recogimiento. Aquí es imposible no sentir el peso de la historia al caminar por sus pasillos.

Otra de su mayores atracciones son las Pasarelas del Vero, una ruta por las pasarelas colgadas que recorren el cañón del río Vero que permiten disfrutar de cascadas, piscinas naturales y la impresionante geología del lugar. Un plan ideal para los amantes de la naturaleza y la aventura ligera.

Pero si lo que queremos es algo más de adrenalina, se puede practicar Barranquismo en la Sierra de Guara con opciones adaptadas a todos los niveles. Es una experiencia increíblemente refrescante y una manera única de ver la Sierra desde dentro, literalmente.

Consejos para una visita perfecta

  • Mejor época para ir: aunque cualquier momento es bueno para visitar Alquézar, octubre y la primavera son ideales. El clima es suave, y podrás disfrutar del paisaje sin las aglomeraciones de los meses de verano.
  • Calzado cómodo: al ser un pueblo en ladera, sus calles son empinadas y están empedradas. Lleva calzado adecuado, especialmente si planeas hacer alguna de las rutas de senderismo o las pasarelas del Vero.
  • Gastronomía local: probar algunos platos típicos de la zona, como el ternasco de Aragón o las chiretas, un guiso a base de tripas de cordero rellenas, es una obligación. Además, la comarca es famosa por sus vinos del Somontano, perfectos para acompañar cualquier comida.
  • Reserva con tiempo: aunque Alquézar es un destino tranquilo, es recomendable reservar alojamiento con antelación, sobre todo si planeas visitarlo en épocas de mayor afluencia como fines de semana largos o puentes.

Imagen | Mikipons - Trabajo propio, CC BY-SA 3.0 es, Enlace

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