Hemingway, en su obra "Verdes colinas de África" reprodujo sus experiencias con la fauna salvaje, además de sus sensaciones y vivencias en el continente, especialmente en la zona del Parque Nacional del lago Manyara, que el escritor describió como "el más bello" que había visto en África.
Estamos en el norte de Tanzania, en la región de Arusha, en un hábitat considerado reserva de la biosfera y Parque Nacional gracias a su diversidad paisajística y sobre todo a la riqueza faunística que impresiona al visitante, aunque por suerte en la actualidad el safari sea solo fotográfico.
En 1933, cuando Hemingway visitó el lago, eran otros tiempos, y allí pudo ejercer su afición, que en esta etapa le servía, más allá del safari, para motivos de reflexión y de narración turística. Pero precisamente por la posterior protección del lago y el Parque, en la actualidad sigue siendo hábitat de los hermosos animales que pueblan sus orillas, aguas y cielos.
Algo similar a lo que vio el primer europeo que avistó el lago (el explorador austriaco Oscar Baumann) a fines del siglo XIX y que cautivó a Hemingway en los años 30 del siglo pasado, pero que no hubiera durado hasta hoy si se hubiera seguido cazando al mismo ritmo y sin recuperar las especies más afectadas.
Veamos las características y peculiaridades que hacen al Lago Manyara un lugar tan especial.
El lago Manyara en datos y curiosidades
El lago Manyara es un lago poco profundo, salino y endorreico, con una extensión de 231 kilómetros cuadrados en época húmeda. En los años de sequía está casi completamente seco.
El nombre "Manyara" proviene de la palabra masái 'emanyara', que es una especie de planta medicinal que se cultiva en la región a orillas del lago.
El lago se formó hace más de dos millones de años y contiene grandes cantidades de sal y fosfato. La temperatura media anual es de 22°C.
Estamos en el parque Nacional del Lago Mayara, que tiene una extensión total de 329 kilómetros cuadrados. La pista que recorre el parque es circular y lleva unas dos horas completarla.
Aunque es conocido por los babuinos, el lago y sus alrededores son también el hogar de herbívoros como hipopótamos, cebras, impalas, ñus, elefantes, búfalos, rinocerontes, jabalíes y jirafas. Los leones y leopardos, aunque abundan, son esquivos y difíciles de ver.
Más frecuentes son las numerosas aves, por lo que el lago Manyara se considera un paraíso ornitológico, donde observar más de 300 especies migratorias. Algunas de las más características son los flamencos rosados sobre todo en época de migración, pelicanos, cormoranes, cigüeñas, águilas crestilargas y martines cazador de cabeza gris.
La temporada seca (desde julio a octubre) es propicia para observar grandes mamíferos y la temporada húmeda (de noviembre a junio) para las aves y realizar salidas en canoa o visitar las cataratas si el nivel del lago lo permite.
En cuanto a la flora, el parque cuenta con ficus gigantes y caobas que se nutren de los manantiales subterráneos que se reponen continuamente desde el macizo del Ngorongoro, justo encima de la cuenca Manyara. Más lejos hay bosques de acacias.
Hay un paso de animales al este del lago Manyara, el corredor de vida salvaje Kwakuchinja, que permite a los animales salvajes migrar entre áreas dispersas y parques. En el corredor Kwakuchinja hay varios pueblos a la orilla del lago, como Ol Tukai Village y Esilalei.
El Rancho Manyara, con 17.800 hectáreas, es un proyecto pionero de conservación y turismo que cuenta con el apoyo de la African Wildlife Foundation y también es frecuentado por animales salvajes que viven en él o migran, como antílopes y kudús.
Fotos | Marc Veraart, Ronald Woan, tian2992 y Paul Balfe en Flickr-CC