Ser el monumento más visitado de Catalunya ha de tener sus consecuencias en el entorno. Y si algo entorpece el discurrir normal de los habitantes de la zona son los cientos de autobuses que paran junto a la Sagrada Familia o los ríos de personas que forman fila para entrar en el monumento.
Respecto a los autocares turísticos que llevan a miles de visitantes cada día a la basílica de la Sagrada Familia, ya no podrán acceder al entorno del templo, una vez que el Ayuntamiento de Barcelona ha finalizado las obras de reordenación en los aparcamientos para los vehículos turísticos.
De modo que a partir de ahora los autocares turísticos tendrán que dejar y recoger a los visitantes en los espacios que se han habilitado en la Avenida Diagonal y no podrán hacerlo en las calles adyacentes del templo, donde las dificultades de movilidad y las molestias a los vecinos habían motivado muchas protestas.
Esto, con excepción de los autobuses escolares y aquellos que lleven a personas de movilidad reducida, que sí podrán acercarse a la Sagrada Familia, siempre que hayan comprado la entrada anticipadamente.
La ampliación de las aceras es otra de las medidas que pretende aliviar la congestión de la zona y el malestar de muchos vecinos por la imposibilidad de transitar normalmente por sus calles, aunque imaginamos que será una solución o un alivio parcial, ya que el número de personas que quieran acceder al templo será similar.
En definitiva, los autobuses turísticos se alejan de la Sagrada Familia para permitir una descongestión de la zona más próxima al templo, aunque los vecinos seguro que tienen mucho que decir. Vivir tan cerca de este monumento emblemático tiene algunos inconvenientes…
Vídeo | EFE
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