Así, este hermoso lugar, cuyo nombre en polinesio significa "Viento del Norte", es un verdadero paraíso natural, cuyas autoridades decidieron proteger convirtiéndolo en un destino verde. De este modo, las islas de aguas cristalinas, arenas blancas y frondosa vegetación, y que ya en 2011 habían convertido su zona económica exclusiva en santuario de tiburones, cuenta ahora con paneles que le dan la energía necesaria como para subsistir.
Un total de 4.000 paneles solares que abastecen de energía a la población, dejando de lado a los 2 mil litros de petróleo que necesitaban anteriormente.
En ese sentido, las autoridades explicaron que algunos de los motivos que los llevaron a tomar esta determinación fueron "los temores acerca de lo que este territorio podría sufrir a causa del cambio climático, especialmente, en cuanto a la elevación del nivel del mar". Es que a pesar de que el impacto de los gases generados por Tokelau es mínimo, su población pretende ser un ejemplo para el mundo, enviando "un mensaje al mundo, mostrando que la transición a las fuentes de energía renovables es posible".
Pero además ya no se utilizarán las centrales eléctricas que funcionan a partir de diésel y, en consecuencia, se dirá adiós a las fugas de combustible.
Para poder disfrutar de este maravilloso lugar apelando a lo que la naturaleza nos brinda: la luz del sol. Nada más limpio, nada más natural. Para que el paraíso pueda seguir siéndolo.
Vía | La Vanguardia Fotos | Flickr de US Embassy New Zealand y Wikimedia En Diario del Viajero | Tailandia: tuk tuks impulsados por energía solar