El Commercial Airlander 10 es básicamente una mansión voladora o un palacio en el cielo que surca las nubes si bien no a la misma velocidad que un vuelo normal, también lo hace a una velocidad considerable.
Es el avión más grande del mundo y viene con baño privado, un bar y un salón que supera con creces el salón medio de cualquier ciudadano de a pie.
Palacio en las nubes
¿Odias volar? ¿La comida de avión? ¿Las angosturas para poner los pies? ¿Que el pasajero que tienes delante se recline de tal manera que su cabeza parezca que va a resposar en tu pecho, en el mejor de los casos, o en tu plato de macarrones, en el peor? Commercial Airlander 10 podría hacer desaparecer todas estas zozobras de un plumazo.
Concebida por Hybrid Air Vehicles, el Airlander 10 es en parte aeronave, en parte helicóptero y en parte avión. Tiene 302 pies de largo (92 metros), aproximadamente 60 pies más largo que el avión de pasajeros más grande del mundo, el Airbus A380.
El Airlander 10 organizará excursiones de tres días, donde hasta 19 pasajeros pueden navegar por los cielos con estilo. Hybrid Air Vehicles recientemente ha lanzado fotos de cómo se verá el interior de la aeronave. Podéis verlas salpicando este texto.
Con todo, el Airlander 10 no debe ser considerado un medio de transporte, sino una aeronave que ofrecerá experiencias en el aire. Es así como su velocidad máxima será de 148 km/h, mientras que un Airbus A380 es capaz de alcanzar hasta 1020 km/h.
Además, sus motores eléctricos sustituirán a dos de los cuatro motores de combustión que actualmente utiliza el Airlander 10, lo que supone un primer paso para su electrificación total.
En total, hay 10 habitaciones con baño, un bar y una sala de estar. El piso transparente le dará a los pasajeros vistas desde todos los ángulos a varios miles de metros sobre el suelo.
El Airlander 10 tiene que completar 200 horas libres de incidentes en el cielo antes de que pueda llevar pasajeros comerciales. Y aunque recientemente completó seis vuelos de prueba exitosos, se estrelló en su segundo vuelo de prueba en 2016. Y en 2017 se derrumbó antes del despegue después de completar un vuelo de prueba exitoso. Es lo que tiene el lujo desmedido.
Según el responsable del proyecto Stephen McGlennan “reducir la huella de carbono es uno de los mayores desafíos a los que se enfrenta la aviación hoy en día. Aunque el Airlander 10 ya cuenta con una eficiencia increíble, tenemos que encontrar formas de reducir aún más el impacto que tenemos en nuestro entorno”.