Lo dejaron todo para cumplir el sueño de ser nómadas por Europa. Solo bastaron 4 horas de viaje para vivir un desenlace inesperado

Seguramente todos en algún momento de nuestra vida nos hemos planteado dejarlo todo y lanzarnos a recorrer el mundo. Vivir sin ataduras a un sitio, en modo nómada y descubriendo a nuestro ritmo la diversidad de paisajes y de culturas con las que cohabitamos.

Si tu trabajo te lo permite, ¿por qué no? Es justo lo que pensó una familia francesa que emprendió el sueño de recorrer Europa en un autobús acondicionado. Cécile, la madre, es coach y suele viajar mucho para visitar a sus clientes así que su vida laboral no sufriría modificaciones, mientras que Mathieu decidió dejar su trabajo en un supermercado, dedicarse a sus hijos y a gestionar una campaña para recudar fondos y financiar "su proyecto". De forma paralela crearon una cuenta de Instagram que sirviese como bitácora de viaje y que permitiese mostrar al mundo su día a día.

Tras vender su casa y adquirir el vehículo que en teoría se convertiría en su "hogar ambulante", la historia cambió por completo tan solo cuatro horas después de dejar atrás la que había sido su casa.

Pero la historia que dio uno de los peores giros posibles

En septiembre de 2023,  la familia anunció con entusiasmo que habían vendido su casa con un objetivo claro: comprar un autobús adaptado y recorrer Europa junto a sus dos hijos. Tras varios trámites, finalmente lograron la autorización del sistema educativo para que sus pequeños pudieran continuar sus estudios a distancia mientras viajaban.

El día tan esperado llegó el 8 de agosto de 2024. Entre nervios y alegría, la familia se despidió de su vida cotidiana y puso en marcha su aventura. Sin embargo, la emoción duró poco. Apenas cuatro horas después de arrancar, el autobús empezó a fallar. Desconcertados, llamaron a un mecánico, quien no tardó en darles un diagnóstico desalentador: el embrague debía ser reemplazado y, además, el estado general del vehículo era tan preocupante que les recomendó intentar anular la compra. "Fue un golpe duro, sobre todo después de todo el esfuerzo y dinero invertidos", relata Cécile al diario Ouest France.

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Con 56.000 euros ya gastados en el vehículo, la familia tuvo que aceptar la realidad. Remolcaron el autobús hasta un área de autocaravanas en Guichen Pont-Réan, a solo 120 kilómetros de su antiguo hogar. Desde entonces, llevan meses atrapados allí junto a sus dos perros, tres gatos y un hámster.

Mientras intentan resolver el conflicto legal con el vendedor del autobús, quien se ha mostrado poco colaborador, Cécile y Mathieu han decidido lanzar otra campaña para recaudar fondos que les permita adquirir un nuevo vehículo y retomar su sueño de recorrer Europa, esta vez sin contratiempos.

Mientras tanto, Cécile ha encontrado una forma de transformar esta amarga experiencia en algo positivo: comparte con humor y autocrítica el día a día de la familia en su cuenta de Instagram, ganándose la simpatía de quienes siguen su historia. ¿Lograrán salir de esta situación y volver a la carretera? Solo el tiempo lo dirá, pero si algo queda claro es que la perseverancia no les falta.

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