Museo del Hombre y la Mar en la Península de la Magdalena, Santander: un homenaje a la Aventura

La Península de La Magdalena es uno de los lugares más bellos de Santander, delicioso para recorrer con calma y dedicarse a contemplar las panorámicas hacia la ciudad y hacia el Cantábrico, el Palacio y muchos otros atractivos. Vamos a detenernos en uno de los rincones más emblemáticos, el Museo del Hombre y la Mar.

En realidad es un Museo al aire libre donde destacan unos pequeños galeones que evocan las carabelas Pinta, Niña y Santa María, con una fotogénica sirena precediéndolas y mirando al mar. Un lugar en el que pensamos que la manera en que habitualmente tenemos de viajar a través del mar no tiene nada que ver con la Aventura. La Aventura con mayúsculas que sí respiramos aquí.

Ya el poético nombre “la mar”, en femenino, como lo llaman quienes lo conocen como forma de vida y aventura, nos da cuenta de que hay algo muy especial aquí, precisamente frente al mar. Si tenemos suerte de encontrar el lugar poco concurrido, podremos cerrar los ojos, impregnarnos de aire ensalitrado y, escuchando solo las olas del Cantábrico, imaginar las aventuras vividas en estas embarcaciones.

Los barcos fueron donados por el marinero cántabro Vital Alsar Ramírez que imitó a Colón en su viaje a América, cruzando el Atlántico y haciendo otras expediciones en varios galeones.

Este navegante aventurero en 1982 participó en las labores de construcción de ‘La Marigalante’, réplica de la ‘Santa María’, carabela utilizada por Colón en su primer viaje a las Indias.

En 1987 fue botada la nao y rindió homenaje con este primer viaje desde el puerto de Alvarado (México) hasta Santoña al cartógrafo Juan de la Cosa. En febrero de 1988 prosiguió su viaje, zarpando con rumbo al puerto gallego de Bayona, desde donde se dirigió a Palos de Moguer (Huelva), para llegar después hasta Sevilla.

Tras realizar varias escalas, la expedición finalizó, un año después, en Guayaquil (Ecuador). En 1992, con motivo del V centenario del descubrimiento europeo del continente americano y a bordo de La Marigalante, Vital Alsar realizó una travesía que partió de Veracruz (México) rumbo a España.

Galeones, balsa y burbuja de salvamento

Desde 1995 los galeones se encuentran en este lugar, el antiguo campo de tiro de la Magdalena de Santander, junto a otras embarcaciones curiosas.

Tenemos una balsa realizada con troncos de madera que atravesó el Pacífico y que también donó a la ciudad. Y es que el navegante también recorrió muchos mares y el río Amazonas en este tipo de embarcación que nos recuerda a la balsa de Robinson Crusoe.

La más curioso es otra “embarcación”, una especie de ovni de Lego que en realidad es una burbuja de salvamento donde viajaron unos investigadores 267 días para comprobar que permitía la supervivencia y como ensayo para el futuro salvamento de náufragos.

Después de esta breve parada en el Museo del Hombre y la Mar volveremos al Real Sitio de La Magdalena para seguir recorriendo sus rincones. Una visita imprescindible y además la entrada al recinto es libre, en horario de 8 a 22 horas.

Pero no quiero acabar esta historia de manera tan pragmática. Prefiero hacerlo con una cita de Vital Alsar, un navegante con mayúsculas que se reconoce aventurero y afirma que “está muerto quien no lo sea”:

La Aventura es el marco del ideal que rodea mi vida y lo romántico.

Fotos | Eva Paris
En Diario del viajero | El Palacio de la Magdalena en Santander, El Monumento a los raqueros de Santander

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