Cuando hace poco hablábamos de cómo recorrer Londres a tu manera y hacerla tuya, mencionábamos el enorme valor que tiene caminar la ciudad junto con un vecino del lugar que te cuente cosas. Así nos pasó en nuestra última visita a la capital británica hace pocas semanas. Gracias a ello, a pocos metros del Puente de Londres, Rubén (nuestro amigo local), nos hizo reparar en un edificio de ladrillos que hubiera pasado desapercibido a los ojos de la mayoría.
Estábamos frente al Old Operating Theatre, uno de esos lugares alejados del gran público visitante pero que sin embargo ya cumple 50 años abierto a los curiosos. Se trata de uno de los quirófanos mas antiguos que se conozcan (1822) y edificado clandestinamente en lo alto de una iglesia que fuera descubierto al realizar tareas de mantenimiento en la buhardilla.
Sólo un cartel en la puerta con el nombre y los horarios de apertura indicaba que había algún sitio para visitar. Poca información mas allá de una moderna calavera colgando sobre el acceso que ya anticipaba un ambiente funesto. El acceso no puede ser más incómodo, ahora como entonces, a través de una escalera caracol que exige aptitudes físicas y muy alejada del concepto actual de "accesibilidad" (no hay otra forma de subir).
Subiendo tortuosamente y conociendo el contenido y las historias que se tejieron aquí, nos preguntamos cómo habrán hecho para llevar hasta allí arriba los materiales, muebles y, sobre todo, a los pacientes que llegaban aquí para someterse a intervenciones quirúrgicas clandestinas con fines académicos para probar técnicas y remedios. Prácticas quirúrgicas que se realizaban sin anestesia, que no fuera utilizada sino hasta mediados del siglo XIX.
En lo alto de la iglesia, se encuentra pues esta pequeña sala preparada para que los aspirantes a médicos ampliaran sus conocimientos con los ensayos que se realizaban más allá de las aulas y conocimiento "oficial". Rodeada de unas gradas donde imaginamos a los asistentes a tan macabro espectáculo, una minúscula sala de operaciones sin ninguna separación física, ni método de desinfección, ni esterilización (condiciones desconocidas en aquellos años).
Una camilla articulada de madera preside el centro la "arena" donde los cirujanos de entonces, enfundados en batas y a mano limpia, trataban y experimentaban con los pacientes narcotizados con algunas hierbas y opiáceos de libre disposición por entonces. De todas formas, imaginamos que haría falta una corte de ayudantes para retener y "convencer" a los pacientes para que se dejasen tratar.
Esas hierbas forman parte de la curiosa colección del museo, junto con frascos y potes de todo tamaño y material donde se almacenaron todo tipo de productos utilizados por la medicina del siglo XIX: desde sanguijuelas hasta polvos varios; pieles de animales hasta fetos de criaturas diversas. Además, se puede ver una increíblemente variada colección de instrumental médico y quirúrgico que sería hoy la envidia del mejor mécanico de coches: pinzas, trepanadores, fórceps, espátulas, martillos, tenazas, y mil instrumentos mas.
En fin, una visita interesante por un lado, pero no apta para almas sensibles, por el otro. Seguramente cuando desanden la escalera caracol para volver al nivel de calle, se preguntarán lo mismo que nosotros.
Imágenes de Peter Pelisek, Uglix y María Victoria Rodríguez Sitio web | Old Operating Theatre En Diario del Viajero | Londres a tu manera: Cómo hacer tuya la ciudad