Ryanair deja en tierra a miles de pasajeros

La empresa aérea low-cost más grande de Europa, Ryanair, ha decidido cancelar todas las reservas que no hayan sido realizadas a través de su propia página web.

Esta medida, anunciada un domingo de plena temporada alta de verano, deja sin posibilidades de usar sus billetes reservados y pagados a miles de pasajeros a partir de hoy.

La empresa argumenta que las reservas a través de agencias online no son "ilegales" y que entorpecen o ralentizan la operación de su propia central de reservas.

En definitiva, que el que no haya usado su sitio web y haya apelado a los servicios de terceros (eso se llama intermediación) no merecen viajar con ellos.

Con esta medida torpe e irresponsable, castiga a los pasajeros destruyendo uno de los activos más importantes para una empresa de servicios: la confianza de sus clientes.

En momentos de costos crecientes, de disminución de la cantidad de pasajeros, de inestabilidad aguda en el mercado de las compañías aéreas, cuando el fantasma de la desaparición planea sobre muchas de ellas, Ryanair se da el lujo de maltratar a pasajeros y agencias con el fin de acaparar el flujo de reservas a través de su sitio.

Un escape hacia adelante, drástico e intempestivo, que puede costarle mucho más que lo que puede ganar. Si lo que necesita es renegociar formas de comercialización, ha elegido el camino de tomar a los pasajeros como rehenes.

Algunas agencias online, con un rápido movimiento de muñeca no sin visos publicitarios, anunciaron inmediatamente que honrarían los servicios aéreos comprados a través de ellos. Otro aprovechamiento de la situación para plantarse como el "defensor de los pasajeros".

Quisiera saber cómo harán a partir de hoy (ahora mismo) para transportar a un pasajero que reservó y pagó su billete a tarifa de oferta hace tiempo, y tiene derecho a llegar a su destino en la fecha acordada, pero las tarifas de este momento (con vuelos llenos, en plena emproada) no están ni cerca de la que pagó en su momento.

Cambiar de destino, viajar otro día, pagar diferencia. Ya me imagino las soluciones bondadosas que se les ofrecerán a los miles de pasajeros que a partir de hoy, van o vienen y que no tienen noticia de lo que les espera cuando lleguen al aeropuerto.

Porque además, Ryanair (como la gran mayoría de low-cost) no tienen datos de contacto de los pasajeros como en el caso de las compañías aéreas tradicionales, para avisar cualquier contingencia.

Una vez más, el pasajero se ve acorralado por la avidez, menospreciado e inerme. Deberá ser flexible al punto de aceptar las condiciones que ofrezcan las agencias online o la "compensación" prometida de Ryanair, si no quiere ver cómo sus vacaciones se ven finalmente aplastadas como una colilla.

Vía | RTVE, Expansión, Noticias.vuelosbaratos, El Pais, Guardian (en inglés), Daily Mail (en inglés)

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