Cuando visitamos el Palacio Colonna, sus maravillosas colecciones de pinturas pasan casi a un segundo plano. Su entrada pequeña y escondida en una escalera caracol, pareciera no augurar nada extraordinario, sin embargo, es el portal a espacios que dejan sin aliento.
Podría decirse que recorriendo las estancias del Palazzo Colonna, el visitante vive el ambiente de la Roma de esos siglos, cuando era el centro del mundo.
El palacio pertenece a la familia Colonna, descendiente de Marco Antonio Colonna (1535-1584) que defendiera su tierra en la Batalla de Lepanto (1571) frente a los turcos. Fue mandado a construir por el Cardenal Girolamo I Colonna en 1650.
Sobre la puertas encontramos los blasones militares y escudos grabados de la familia, armaduras, estandartes, etc. En la Gran Galería, frente a los ventanales una hilera de gigantes lámparas de cristal de Murano se reflejan en los espejos que se encuentran a uno y otro de lado de las paredes, entre los cristales que miran al jardín. Y en el centro, enormes mesas son sostenidas por esclavos turcos esculpidos en mármol.
La familia Colonna aún vive en el palacio, por lo que está abierto al público sólo los sábados por la mañana, de 9 a 13 hs.
¿Dónde? Piazza SS. Apostoli 66, muy cerca de la Columna de Trajano y el Monumento a Vittorio Emmanuele.
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