La historia de Budapest como centro balneario se remonta a la época romana y continúa con la dominación turca durante los siglos XVI y XVII, con la construcción de varios "baños turcos", algunos de ellos aprovechando anteriores elementos romanos.
A comienzos del siglo XX se levantan nuevas estructuras balnearias que resultan parcialmente dañadas durante la Segunda Guerra Mundial, posteriormente restauradas. En 1934 Budapest recibe el título oficial de "Ciudad Balnearia" y allí se celebra tres años después el primer congreso internacional sobre el tema. Uno de los principales establecimientos balnearios, y uno de los más antiguos, son los baños Rudas (Rudas Medicinal Bath and Swimming Complex), construídos en el siglo XVI. Desde entonces y hasta hace unos días eran el único establecimiento que tenía prohibida la entrada a las mujeres.
Pero la campaña promovida por el sitio web tusarok.org que defiende la igualdad de derechos consiguió romper esa atrasadísima tradición. No sólo eso, sino que ahora además de compartir los baños tres días a la semana, las mujeres podrán disfrutarlos exclusivamente durante dos medios días semanales.
El pasado día 2 de diciembre volvieron a abrir sus puertas los Rudas, tras la restauración llevada a cabo para devolverles todo su esplendor. Una de las peculiaridades de estos baños es que los viernes y los sábados abren durante toda la noche, convirtiéndose en una saludable opción para los trasnochadores. Además ahora son mixtos. ¿Qué más se puede pedir?
Los baños Rudas están situados en un lugar privilegiado, entre el monte Gellért y el río Danubio, en el centro de la ciudad. La parte más antigua, una piscina octogonal, se dispone bajo una cúpula de 10 metros de diámetro sostenida por 8 columnas. Posee además otras siete piscinas, una de ellas para nadar y las otras terapeúticas. La temperatura del agua está entre los 16 y los 42º C.
Para los que deseen explorar otros centros balnearios del país les recomendamos Miskolctapolca, un pueblo donde además de los spas termales se puede visitar el lago subterráneo Varhegy y darse un baño en las numerosas cuevas y cavernas que rodean el complejo.
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