Es que este sitio, que lleva el nombre del confesor de Luis XIV, se construyó en 1803 es el cementerio más grande de la capital francesa con 44 hectáreas de extensión.
Un amplio espacio con calles que lo recorren, arbolado y un silencio que sólo rompen el canto de las aves, y los pasos y comentarios de los miles de turistas que eligen recorrerlo para encontrar las tumbas de algunos personajes importantes de la historia o las artes.
Pero ello no lo es todo, dado que la mayoría de las tumbas y mausoleos son verdaderas obras de arte. Con esculturas, puertas y ventanas que atraen a cualquiera, convirtiéndose en verdaderas postales.
Es por ello que no es de extrañar ver a muchas personas fotografiándolos y no con un sentimiento de morbo, sino apreciando la belleza de esas obras y buscando la tumba de esa persona admirada.
Claro, es que allí descansan, entre otros, Oscar Wilde, Jim Morrison, Edith Piaf, Chopin, Colette, Auguste Comte, Marcel Proust y Richard Wright, entre otros.
Foto | Flickr de Jim Linwood, Jim Linwood, Олександр En Diario del Viajero | Ruta europea de cementerios