El Mar Adriático es el espejo de grandes ciudades en su contorno. Split, Venecia, Bari, Trieste, Ancona o Dubrovnik se han asomado a sus aguas a lo largo de los siglos. Por sus aguas navegaron los griegos buscando tierras para nuevas polis. Por ellas Marco Polo introdujo en el mundo conocido las maravillas descubiertas en Oriente.
Ese hermoso Adriático que baña algunas de las playas más bellas, está en serio peligro debido al conocido calentamiento global.
Se reúnen estos días en Roma los ministros de Medio Ambiente de los paises de la cuenca del Adriático para evaluar los efectos de los cambios climáticos que sufre la zona (y el planeta entero) y las repercuciones que tendrá en el desarrollo de las comunidades del entorno.
El Adriático se calienta sin remedio. A partir del verano de 2003, se ha registrado la llegada de peces de aguas cálidas a la costa de la Puglia italiana (el "taco" de la bota). Además, por allí también sufren las molestas hordas de aguas vivas. La temperatura del agua del Golfo de Trieste (al norte) casi no sufre ahora modificaciones entre invierno y verano.
Durante ese fatídico año de 2003, los cursos de agua que llegan al mar estaban secos, por lo que tampoco aportaron nutrientes. El régimen de vientos fue tan dispar y leve que no alcanzó a refrigerar la superficie del Adriático. Si las condiciones de ese año se establecen como patrones más o menos estabes, el Adriático podría no ser viable para la vida. Se convertiría en un cauce casi estanco de agua cada vez más caliente.
Este verano, Croacia , por ejemplo, ha sufrido temperaturas récord. Incendios. Sobrecarga de consumo de energía. Riesgos para la salud de hombres, animales y plantas. La industria del turismo, además de otras, en serio riesgo.
Las posibles soluciones pasan por un uso responsable de los recursos (como siempre). Los ríos son fuentes de nutrientes indispensables para el desarrollo de la vida marina. Los embalses y politicas de uso de agua deben contemplar ésto.
Se apuesta también por el control de la pesca buscando una explotación racional y sostenible que ayude mantener a raya las 500 especies que se han filtrado.
Esperamos que los "expertos" reunidos en Roma, lleguen a conclusiones y planes de acción que puedan combatir los efectos nocivos del calentamiento global en el Mar Adriático.
Vía Earthtimes