La icónica figura del Cristo Redentor, sobre la cima del cerro Corcovado en Rio de Janeiro, es una de las postales más conocidas del mundo. Con sus brazos abiertos, parece recibir (y bendecir) a todos aquellos que llegan a la ciudad de la fiesta brasilera... y velar por ellos.
El Cristo Redentor cumple 80 años a pesar que los orígenes de su historia se remontan al siglo XVI cuando los colonizadores portugueses bautizaron al cerro como Pico de la Tentación. Un poco más adelante, ya enelsiglo XVII el monte es rebautizado como Corcovado ya que su forma hacía recordar a una joroba (o corcova).
En 1824, dos años después de la independencia brasilera, Don Pedro I lidera una expedición a la cima del Corcovado abriendo el primer camino hasta la cumbre. No fue sino hasta 1859 cuando el padre Pedro María Boss le sugiere a la Princesa Isabel la construcción de un monumento religioso justamente allí: en la cima del cerro.
En 1822 Don Pedro II autoriza la construcción de la vía férrea al Corcovado cuyo tren comienza a funcionar en 1884. Un año más tarde ya llega hasta la cima del cerro. La extensión total de las vías es de caso 4 kilómetros de empinado terreno entre vegetación tupida.
Aquella idea del padre Boss es retomada en 1921 en ocasión de celebrarse el centenario de la independencia de Brasil. La piedra fundamental se coloca el 4 de abril de 1922 y al año siguiente se realiza un concurso de ideas que gana el ingeniero Heitor da Silva Costa con diseño del atista Carlos Oswald y fue realizada por el escultor francés Paul Maximilian Landowski. La imagen se inaugura por fin, en 1931.
En el 2003 se agregan escaleras mecánicas y ascensores para hacer la visita más accesible. En el año 2007, el Cristo redentor fue declarado como una de las 7 maravillas del mundo.
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