Cada disco de papel tenía una ruta diferente entre dos ciudades, marcando ríos, puentes y otras localizaciones de interés. El disco giraba a medida que el coche avanzaba, y una aguja señalaba la posición. Cada disco cubría 100 millas (160,9 km). Si una ruta era más larga, se precisaba de varios discos.
En un folleto de 1910 llamado "The Jones Live Map – What Happens Without It" (El Jones Live Map - Qué pasa sin él) se indicaba que el cachivache protegía al conductor del genio malvado de las carreteras, que siempre indica mal la dirección. Además era más sencillo de usar que un mapa.
Con todo, en la década de los 1920, cuando ya había mapas de todo el país y las carreteras estaban correctamente señalizadas, se dejó de producir el Jones Live Map. Afortunadamente, porque era un engorro, y jamás habría podido competir con los GPS que aparecerían más tarde, que estarían guiados por satélites.
El primer sistema de navegación por satélites fue el Transit, un sistema desplegado por el ejército de Estados Unidos en los años 1960. Pero si nos referimos a los primeros dispositivos para nuestros automóviles, entonces Honda creó el primer sistema de navegación en 1983, culminándolo en 1990 para el Honda Legend Acura Legend.
En breve puede que incluso nuestros zapatos lleven incorporado el GPS. Al menos es lo que ha anunciado GTX Corp. Los zapatos GPS Aetrex Navistar serán realizados bajo la licencia del fabricante de calzado Aetrex Worldwide, Inc., y serán distribuidos por Toes Tipp, un distribuidor con sede en Irlanda. Su compradores potenciales podrían ser las personas que sufren Alzheimer.
La tecnología GPS no ha hecho más que facilitar nuestra vida, aunque en ocasiones también le quita un poco de emoción al viaje: antes era hasta divertido perderse y avanzar por una ruta que nunca hubieras conocido de otro modo. Antes te sentías un poco Indiana Jones, ahora simplemente sigues las frías directrices de una voz robótica.
De vosotros, pues, dependerá desconectar eventualmente vuestro GPS, para viajar libre.
En cualquier caso, se desaconseja seguir las directrices de vuestro GPS como si fuera la palabra revelada. Esa mansedumbre, en muchos usuarios de GPS, ha provocado no pocos percances. Uno de los más extravagantes fue la de una mujer de 67 años, llamada Sabine Moreau, del pueblo Haunault Erquelinnes, en Bélgica, que acabó conduciendo 1.450 kilómetros en lugar de 150.
Al parecer, su intención era desplazarse a la estación Norte de Bruselas, para buscar a un amigo. Su jornada terminó dos días después de conducir su automóvil por 1.450 kilómetros hasta la ciudad de Zagreb, en Croacia.
Tal vez es una caso demasiado exagerado, así que os emplazo a leer algunos ejemplos más que resultan mucho más cotidianos.
Vía | Saturday Evening Post Fotos | Wikipedia