No hay lugar a dudas de Portugal ha sido el destino estrella de muchos de los españoles este año. Nos ofrece ciudades preciosas, gentes amables y una gastronomía deliciosa, además de la cercanía y facilidad del idioma. Si todavía no os habéis decidido. Como sugerencia os contamos qué ver y qué hacer en un fin de semana en Braga, con todos los imprescindibles de la bella ciudad portuguesa.
Una ciudad llena de historia, con la catedral más antigua del país, con restos romanos y con un barroco que embellece cada rincón de la ciudad. Braga es hospitalaria y asequible, así que por algo fue elegida mejor destino europeo para 2021.
Santuarios del Bom Jesus do Monte y de Nossa Senhora do Sameiro
Está claro que con cualquier bracarense que hables, el primer sitio que te va a aconsejar visitar es justo el que está más lejos del centro de Braga, así que le vamos a dar su importancia debida: el Santuario del Bom Jesus do Monte. Declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO. Su principal característica, más allá de ser un lugar de peregrinaje, es su espectacular escalera barroca de 17 tramos y que salva un desnivel de 116 metros.
El Santuario actual se empezó a construir en 1722 y la iglesia barroca en lo alto de la escalera, 3 años después, no obstante, hay indicios de la existencia de una capilla en lo alto de la colina ya en 1322. Para llegar hasta el Santuario hay 3 vías: una carretera, las escaleras y un elevador, icono de la ingeniería del siglo XIX. ¿Llegar desde Braga? Puedes optar por el coche o coger el autobús número 2 en Biscainhos (ida y vuelta, para ahorrar) y evitar el tráfico o el 88 en la Avenida da Liberdade.
El Monte do Sameiro es el punto más alto de toda la ciudad de Braga y tiene un espectacular espacio verde lleno de preciosos jardines. En la cima está el Santuario de Nossa Senhora do Sameiro, el lugar de culto mariano más visitado de todo Portugal, que atrae muchos devotos cada año. La manera de llegar, si no es en coche es el bus 88, que sale de la Avenida da Liberdade.
Recorrer el Barroco Bracarense
Braga es religiosidad, pero también es barroco por todas partes. Entre uno de sus grandes ejemplos tenemos el Palàcio do Raio, un precioso edificio de preciosa decoración, recubierto con los característicos azulejos azules portugueses. Durante la visita no se pueden hacer fotografías, pero el poco precio que cuesta la entrada vale la pena sólo por ver la espectacular escalera de entrada. En su interior hay exposiciones relacionadas con la Misericórdia de Braga.
Aunque ahora mismo no se puede visitar su interior, vale la pena pararse a observar la portada de la Iglesia de San Marcos, unida íntimamente al Hospital del mismo nombre y a la Casa de la Misericordia de Braga. A los lados de la Iglesia hay otros dos edificios a destacar que forman parte del conjunto: la Farmacia a la izquierda y a la derecha el Hotel Vila Galé Colección Braga.
En la misma plaza, casi al lado de las fotogénicas letras de BRAGA, está la maravillosa Iglesia de la Santa Cruz, quizás la mejor manifestación del barroco manierista de la ciudad. La fachada está ricamente decorada, pero la espectacularidad que guarda en su interior te dejará completamente sin habla, con el enorme altar mayor, las capillas laterales y los órganos.
Pasada la Catedral de Braga, encontramos una de las edificaciones más icónicas de Braga: el Arco da Porta Nova. Construido en 1512, una época en la que ya había "menos guerras", se consideró redundante, casi innovadora para una época en la que no se necesitaba ya. En aquel momento, formaba parte de las 8 puertas que tenía la ciudad de Braga y que llevaban a los caminos creados por los romanos. Mirando hacia la ciudad hay una enorme figura de la Virgen de Nazaré.
Muy cerca, casi a la vuelta de la esquina del Arco de Porta Nova está otra representación de barroco bracarense: el Palacio dos Biscainhos. Os voy a contar un secreto: me encanta visitar casas de esas que se conservan con muebles y vida, así que en una visita a Braga no iba a ser menos.
El Palacio dos Biscainhos es una antigua residencia noble que data del siglo XVII, con modificaciones del siglo XVIII. Es un recorrido maravilloso de lo que podía ser la vida de la nobleza de la época y que va desde habitaciones de ocio, comedor, a cocinas y caballerizas. Además, como guinda al pastel tiene unos jardines de estilo francés donde hay una Tulipeira de Virginia de más de 250 años. El precio de la visita es casi irrisorio: 2€
De un salto hasta la Avenida Central, antes llamada Campo de Sant'Ana y que era una de las áreas más importantes de Braga. Allí está Casa Rolão, un edificio de André Soares construido en el siglo XVIII y encargado por la familia que da nombre al edificio, creando un bello ejemplo de arquitectura civil barroca del momento. En la planta baja, pavimentada con enormes losas de piedra, hay una librería que también incluye un pequeño bar con jardín. En el piso superior hay techos enlucidos, murales por la escalera y toda la posibilidad de disfrutar de ello ya que son tiendas y locales comerciales.
La Sé de Braga, religiosidad y gran obra del románico portugués
Las obras de la Sé de Braga empezaron a finales del siglos XI, en un momento en el que Portugal aún no era independiente de España. Es la primera y más antigua de país y hay un dicho asociado a esto "Más viejo que la Sé de Braga". Con este pasado no es difícil comprender la historia, el arte, la cultura y sobre todo la religiosidad que hay tras esos muros.
Esta catedral es románica, gótica y barroca al mismo tiempo, con gran fuerza de este último estilo, presente en el Coro Alto, en los órganos monumentales y en otros muchos lugares.
Para visitarla como turista hay que pagar una entrada (que se compra en la taquilla a la izquierda de la puerta principal), en la que el precio oscila dependiendo de si sólo quieres acceder a ella y al museo o si quieres unirle una visita guiada (en portugués) al coro y a las capillas. Para asistir a los oficios religiosos es gratuito, por supuesto y hay diversos a lo largo del día.
Jardines paradisíacos y ruínas perfectas
Una explosión de color y naturaleza es lo que encontramos en el Jardín de Santa Bárbara, con el espectacular antiguo Palacio Arquiepiscopal de fondo. Es un lugar precioso en el que sentarse a ver una puesta de sol y al mismo tiempo recordar la historia, ya que este edificio es uno de los monumentos más emblemáticos de la ciudad, porque viene desde los tiempos medievales. En el último siglo ha sido Cuartel de Infantería, Tribunal, Cuartel de Bomberos y Museo, y ahora es la Rectoría y Biblioteca de la Universidade do Minho.
Las Termas de la Braga romana
Terminamos con arqueología pura, con restos romanos de los de verdad: las Termas Romanas do Alto da Cividade. Es un complejo público edificado entre los siglos I y III bajo el mando del Emperador Diocleciano. Está en la zona más alta de la ciudad de Braga y todavía no se encuentra totalmente excavado, porque hay vestigios de otro edificio romano de la misma época (un teatro). Los restos visitables de las termas cuentan con un dispositivo interactivo en su recepción que permite ver la evolución del edificio y las funciones de todos los espacios. Tiene también un precio irrisorio de visita: 1,70€
De todas maneras, permitios caminar por la ciudad sin rumbo, dejaos aconsejar por los lugareños y descubrir otros lugares maravillosos como la Capela dos Coimbras, una auténtica joya.
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